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RECLAMA 1.000 MILLONES AL FABRICANTE
Un estadounidense se convierte en mujer por los efectos secundarios de un crecepelo
Mandi McKee antes se llamaba William McKee. Era ingeniero informático y tenía una melena frondosa. Pero cuando se le empezó a caer el pelo comenzó un tratamiento con un crecepelo que le provocó unos extraños efectos secundarios.
Mandi McKee antes se llamaba William McKee. Era ingeniero informático y tenía una melena frondosa. Pero cuando se le empezó a caer el pelo comenzó a consumir todo tipo de medicamentos para evitar la alopecia.
En octubre de 2008, este estadounidense original de Tampa (Florida) empezó un tratamiento con la versión genérica del medicamento Propecia llamada Finasterida. Por aquel entonces, era un hombre casado, "energético, esbelto y atlético", según afirma en su blog.
McKee consumió durante 9 meses el genérico, y durante este periodo sufrió algunos de los efectos secundarios del medicamento, como la disminución de su capacidad mental. Sin embargo, los daños más fuertes se hicieron más notables en su propia fisonomía, ya que su pecho, que era "duro como una piedra" empezó a desarrollar mamas, sus hombros se "cayeron" a una posición más femenina y sus caderas se ensancharon.
Debido a este cambio involuntario de género, McKee sufrió una profunda depresión y, por si fuera poco, muchos de sus clientes dejaron de contratar sus servicios de software. McKee asegura que, repentinamente, comenzó a sentir atracción por los hombres, por lo que, además, rompió su matrimonio.
Para asumir los cambios en su metabolismo, en 2011 comenzó a ver a un terapeuta especializado que le ha ayudado a sobrellevar su transición de hombre a mujer, y a iniciar una nueva vida. "El antiguo yo fue aniquilado por la compañía farmacéutica Merck", asegura McKee en su blog.
Algunos medios de comunicación explican que éste no es un caso único, ya que se ha comprobado que varios usuarios de Propecia tienen efectos secundarios similares. Conocida hoy como Mandi McKee, la norteamericana ha demandado a la compañía Merck y le exige una indemnización de 1.000 millones de dólares, casi 750 millones de euros.
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