Incendios Hawái

Dos españoles en Hawái narran el infierno vivido por el incendio de Maui: "Los bomberos se quedaron sin agua"

Sin apenas ayudas, han comenzado los robos en Maui. Hay un millar de casas destruidas, mientras Lahaina busca a sus desaparecidos.

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Hay atasco en la carretera que va a Lahaina. El fuego en la antigua capital está casi controlado y los vecinos tienen permiso para regresar a sus hogares. Algunos bajan de los coches para mirar el paisaje quemado y respirar: "Es un momento muy duro, pero tenemos que ir allá, ver nuestras cosas, quién necesita ayuda". Pero pocos encuentran lo que buscan. Todo está calcinado.

Sydney recorre lo que antes fue su calle. Su casa está quemada, todo ha desaparecido. Recorre lo que queda de su dormitorio con incredulidad. Salvó la vida, dice, gracias a sus vecinos: "Por lo general, encienden las sirenas de huracán o hacen algo para advertirnos, pero esta vez nada".

Tampoco le llegó el aviso a Alejandro. Este español pudo evitar las llamas porque decidió coger su coche y viajar al norte de la isla: "Como no había electricidad, ni datos, a un montón de gente les pilló en su coche. No había forma de comunicarse con nadie".

Alejandro tampoco recibió aviso. Estíbaliz, sí. La bilbaína lleva en Maui 18 años: "Fue todo muy caótico. Los bomberos se quedado sin agua...".

La situación es caótica

Las autoridades investigarán por qué no sonaron las alarmas y si se subestimó el incendio. "Algunas personas ni siquiera sabían del incendio porque ese día el viento era muy fuerte. Todos se quedaron dentro de la casa.", cuenta una superviviente, todavía afectada por lo que ha visto.

Hoy se busca a los desaparecidos en el millar de construcciones calcinadas por el fuego. Aún no ha llegado la ayuda estatal. Sin apenas comida, los robos comienzan a multiplicarse. "Están empezando a robar en los supermercados, robarse unos a otros, la gente con armas...se ha vuelto un caos total", nos cuenta Alejandro.

Hawái publicó el año pasado un informe que clasificaba las catástrofes naturales con más probabilidades de amenaza. Tsunamis, terremotos y volcanes ocupaban un lugar destacado. El riesgo de incendios era considerado bajo.

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