Acuerdo sobre migración
Acuerdo histórico de la UE para hacer frente a la crisis migratoria
"Gran logro". "Histórico". Son los calificativos con los que los 27 han acogido el acuerdo de distribución de las responsabilidades de acoger a migrantes y refugiados. Un acuerdo que ha sido esquivo al bloque durante casi una década.
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Con este acuerdo sobre migración en la Unión Europea se pone fin a años de discusiones que se remontan, sobre todo, a 2015, cuando más de un millón de personas -la mayoría huyendo de la guerra en Siria- llegaron a territorio europeo a través del Mediterráneo.
Según Bruselas, esta es "una situación en la que todos ganan" -en referencia a todos los Estados miembros de la UE-. "Es un gran logro que demuestra que es posible trabajar juntos en materia de inmigración. Somos mucho más fuertes cuando trabajamos juntos", ha manifestado Ylva Johansson, comisaría europea de Asuntos de Interior.
Un tema espinoso
En la última década, la acogida de migrantes se ha convertido en un tema cada vez más controvertido en la UE. Incapaces de ponerse de acuerdo sobre cómo compartir la responsabilidad, los países miembro se han centrado principalmente en reducir las llegadas.
Los datos de la ONU muestran que menos de 160.000 personas lograron cruzar el mar el año pasado para llegar al bloque europeo, donde hay alrededor de 500 millones de habitantes. En el mismo periodo, casi 2500 personas murieron o desaparecieron en la peligrosa travesía.
Los países del sur del bloque, como Italia y Grecia, han pedido más ayuda para hacer frente al número de personas que llegan a sus costas. Los países más ricos, como Alemania y Suecia, a veces se han mostrado reticentes ante el número de personas que llegan a sus territorios.
Durante todo este tiempo, las naciones del este de la UE, como Polonia y Hungría, se han negado a acoger a personas procedentes de Oriente Medio y el Norte de África, mayoritariamente musulmanes, mientras que los partidos de derechas y populistas de todo el bloque han avivado el debate con un discurso antiinmigración. "Se puede ganar o perder unas elecciones en cualquier Estado miembro por el tema de la inmigración. Es una muestra de lo polémico que es este asunto", declaró un diplomático de la UE que ha participado en las negociaciones.
El acuerdo
Mientras otros ministros hablaban, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; su homólogo neerlandés, Mark Rutte; y el jefe del Ejecutivo de la UE han anunciado una visita a Túnez para tratar los lazos económicos y energéticos con el país, puerta de entrada de la migración africana a Europa.
Horas antes, Italia y Grecia han exigido cambios de última hora en el acuerdo provisional, presionando para que se reduzca el número de personas que acogería cada estado y se suavizaran las normas para devolver a las personas a países no pertenecientes a la UE.
Según el acuerdo finalmente alcanzado, que se cerrará antes de las elecciones europeas de 2024, cada país será responsable de un número determinado de personas, pero no estará obligado a acogerlas. Pueden negarse a acoger en su territorio a solicitantes de asilo procedentes de otros países comunitarios si pagan 20.000 euros por persona rechazada.
El acuerdo introducirá un nuevo procedimiento fronterizo acelerado para quienes se considere que tienen pocas probabilidades de obtener asilo, a fin de evitar que permanezcan dentro del bloque durante años.
Dos de los países que más reticentes se han mostrado a acoger a migrantes marítimos, Polonia y Hungría, se han opuesto al acuerdo alegando que los líderes nacionales del bloque deberían volver a tratar el asunto cuando se reúnan en junio. Pero eso, finalmente, no ha echado por tierra el acuerdo mayoritario.
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Los críticos liberales del acuerdo han afirmado que el procedimiento fronterizo rápido podría reactivar las trágicas escenas que se vivieron en las islas griegas hace varios años, al crear campos de inmigrantes aún más superpoblados e inadecuados en la periferia de la UE.
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