"No nos querían comprar productos por ser una empresa catalana, así que tomé la decisión de irme a Madrid"
El empresario Jordi Claramonte explica que "se nota tensión dentro de las oficinas y en el almacén" ya que los empleados ven que hay menos cantidad de pedidos y "eso les inquieta porque el siguiente paso puede ser que peligren sus puestos de trabajo". "La sociedad está fracturada al 50%", afirma.
La Audiencia restringe la causa pero rechaza archivar la investigación por tráfico de influencias y corrupción en los negocios, como reclamaban la Fiscalía y la defensa.