El Eurogrupo dispondrá de nuevos poderes para exigir cambios en los presupuestos nacionales de los Estados incumplidores y, como contrapartida, los países de la eurozona podrán emitir deuda conjunta, según las propuestas que debatirán los líderes europeos en la cumbre del 28 y 29 de junio.
Estas ideas, que se pondrán en marcha "en la próxima década", han sido elaboradas por el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Su objetivo es mostrar la "irreversibilidad" del euro y avanzar hacia una unión bancaria y presupuestaria que genere confianza en los mercados y frene la crisis de deuda.
La UE podrá exigir cambios en los presupuestos nacionales de los Estados incumplidores
Las propuestas, que cuentan con el apoyo de España, Francia e Italia, chocan con la oposición de Alemania, que se opone a cualquier tipo de mutualización de la deuda hasta que no se complete la unión presupuestaria. No obstante, el documento admite que "es necesario más trabajo" y todavía no fija ningún calendario ni las fases concretas para alcanzar la unión bancaria y presupuestaria. La cuestión volverá a discutirse en la cumbre de diciembre, con un informe intermedio para el Consejo Europeo de octubre.
Este documento de siete páginas incluye cuatro pilares sobre los que se seguirá trabajando más allá de la cumbre de los días 28 y 29, dado que Van Rompuy pretende entregar en octubre un informe intermedio y en diciembre propuestas detalladas para avanzar por etapas hacia una verdadera Unión Económica y Monetaria.
Los primeros elementos del plan son un marco financiero integrado que otorga la responsabilidad de la supervisión de los bancos a la UE y crea mecanismos comunes para la resolución de bancos y garantizar los depósitos, así como un marco presupuestario integrado que implica tomar más decisiones en común y avanzar hacia la emisión de deuda común. Los otros dos son un marco de política económica para fomentar un crecimiento sostenible y garantizar la necesaria legitimidad democrática y rendición de cuentas en la toma de decisiones.
El BCE podría convertirse en la entidad supervisora de los bancos en la Eurozona
Estos bloques ofrecen una "arquitectura coherente y completa que tendrá que crearse a lo largo de la próxima década" y son "necesarios para la estabilidad y prosperidad a largo plazo de la Unión Económica y Monetaria", pero requerirán "mucho trabajo más" y "posibles cambios en los tratados de la UE en algún momento".
El marco financiero integrado se centra en una supervisión bancaria europea única y un sistema común de garantías de depósitos y de resolución bancaria. La supervisión tendría dos niveles: el europeo y el nacional, pero el primero tendría la "responsabilidad última" y por tanto la autoridad en materia de supervisión sobre "todos" los bancos.
Tendría poderes para intervenir de manera preventiva y el BCE podría ser la entidad supervisora de los bancos en la Eurozona. El sistema de garantías de depósitos también estaría supervisado en el nivel europeo, al igual que el fondo europeo de resolución de bancos, cuyos recursos procederían de las propias entidades.
Los dos esquemas podrían depender de una autoridad común y el fondo de rescate permanente, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), "podría actuar como garante presupuestario" de la autoridad responsable de la resolución de los depósitos.