Las mujeres solo conducen en Arabia Saudí desde junio de 2018. Son pequeños signos de apertura del país musulmán, donde las mujeres no podían abrir una cuenta bancaria, hasta hace poco votar o salir a pasear sin la 'abaya', una túnica de pies a cabeza.
El gesto de la española Sabrina Vega, boicoteando el mundial de ajedrez en Arabia por tener que taparse la cabeza y no poder andar solas por la calle, removió ciertas conciencias: "Lo volvería a hacer".
En los estadios de fútbol saudíes era hasta este año imposible ver mujeres. Hubo presencia este año en la final de la supercopa italiana en uno de los campos donde no están vetadas; tan solo pueden acceder a tres.
En alguno de ellos podría jugarse nuestra Supercopa de España, según ha confirmado Rubiales: Arabia tienta a la RFEF con un contrato de 180.000 millones de euros para seis años.
Han pasado siete desde que dos mujeres fueran las pioneras del deporte saudí en alta competición: la atleta Sarah Attar y la judoka Sashertami participaron en los Juegos de Londres; todo un acontecimiento en la sociedad árabe.
Su camino lo siguieron cuatro deportistas más en Río de Janeiro 2016. ¿Alguien duda de que ellas pueden estar cambiando la sociedad?
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