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Curiosidades

Rory, un zimbabuense polifacético asentado en Galicia y artesano de tablas de surf

Rory Williams nació en Zimbabue. Tenía apenas 10 años cuando tuvo su primer contacto con el surf. Había sido en sus vacaciones familiares en Durban, Sudáfrica, el paraíso de los surfistas sudafricanos. Ahora sigue vinculado al surf, pero en Galicia.

Rory Williams (Zimbabue, 1959) tenía apenas 10 años cuando tuvo su primer contacto con el surf. Había sido en sus vacaciones familiares en Durban, en Sudáfrica, el paraíso de los surfistas sudafricanos. El primer contacto visual con las olas fue un flechazo y desde ese momento supo que el surf lo acompañaría el resto de su vida.

Como vivía en el centro de África, sólo podía surfear en verano. Pero pronto tuvo que abandonar su pasión para alistarse en el Ejército. Una vez finalizada la guerra civil de Rodesia, la actual Zimbabue, viajó a Europa, donde lo primero que hizo fue comprarse una tabla de surf. Allí dedicó gran parte de su tiempo a otra de sus pasiones, la escalada. Durante años estuvo escalando montañas, sacando fotos, describiendo rutas y publicando artículos de sus viajes.

Un artesano de tablas de surf

Luego viajó a Nueva Zelanda, donde aprendió a surfear con Roger Hall, reconocido surfista, diseñador y shaper. Éste le animó a probar todo tipo de tablas, más largas, más pequeñas, con dos aletas, tres o cuatro. Cinco años después, con la lección bien aprendida, se convirtió en uno de los shapers, es decir, un artesano de tablas de surf, de su fábrica. Desde ese momento viajó por todo el mundo visitando shapers y fábricas diferentes y aprendiendo cada uno de ellos a la vez que conformaba su propio estilo y montaba su propio taller.

Si el primer flechazo había sido con el surf, el segundo flechazo surgió en Galicia. Rory es sudafricano, pero adora los climas húmedos. Desde el día en que puso el primer pie en tierras gallegas decidió instalarse allí para el resto de su vida. “Este es el sitio en el que quiero estar. El clima es perfecto, la gente fantástica, la comida riquísima y el surf genial. Un lugar de ensueño”. Tuvieron que pasar 12 años para que Rory comprase su casa en Mañón, un municipio de unos mil habitantes al nordeste de la provincia de La Coruña. Tenía que ser una casa lo suficientemente grande como para poder destinar un espacio a cada una de sus pasiones: el surf, la fotografía y la pintura.

Decidió montar un taller en Galidia

Animado por su pareja, Rory decidió habilitar un pequeño caseto anexo a su casa para convertirlo en su taller y recuperar así su marca: Tribal Connexion Surfboards. Aunque el momento no podría haberlo escogido peor. Poco después de dar a luz su nuevo proyecto irrumpe una pandemia mundial. El confinamiento por el coronavirus en España impidió que Rory pudiese recibir encargos, pero una vez permitida la movilidad, empezaron a llegar las primeras reparaciones. Por ahora solo “cura” tablas dañadas, y lo hace además a un módico precio. “Yo fuí un surfero pobre, y sé lo que es. La gente no puede permitirse una reparación de 40 o 60 euros. De hecho, hay chicos que me traen las tablas a reparar una vez por semana y les cobro 5, 10 o 15 euros por las pequeñas reparaciones, no más”.

Fabrica tablas adaptadas

En estos momentos Rory está trabajando en una tabla de surf adaptada para él. Un accidente le dañó el antebrazo y probablemente no podrá levantarse en una tabla por lo menos en dos años. Pero eso no le impide salir a practicar surf, y lo hace de rodillas. También está iniciándose en el bodysurf, una modalidad nueva para él, pero muy gratificante. “El surf me mantiene joven y en forma. Me encanta sentir el contacto con el agua. Mi esposa me dice que sonrío un montón cuando surfeo”.

Doce años en un lugar son suficientes para empaparse de su cultura, de sus costumbres, de sus gentes y, como consecuencia de su idioma. “Hablo y sueño en gallego, y para responder en castellano primero tengo que traducir del gallego”.

Rory practicó surf en medio mundo. Estuvo en California, Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra, Escocia, Portugal, Francia… Aunque su tierra natal sigue presente en su día a día. Su marca, Tribal Connexion Surfboards, “está inspirada en Zimbabue y en la idea de que todo surfero piensa que es tribal. Y yo también lo pienso”.