Fútbol
La Audiencia Nacional confirma la condena de 10.800€ de multa a Rubiales por el beso a Jenni Hermoso
Confirmada la sentencia a Rubiales por agresión sexual a Hermoso.
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La Audiencia Nacional ha confirmado la condena al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol Luis Rubiales a pagar 10.800 euros de multa por un delito de agresión sexual por el beso no consentido que dio a la jugadora Jenni Hermoso tras el Mundial de agosto de 2023 en Sídney (Australia).
La Sala de Apelaciones ha ratificado asimismo la absolución del delito de coacciones para Rubiales y para los otros tres acusados en este procedimiento: el exseleccionador femenino Jorge Vilda, el exdirector de Fútbol de la sección masculina Albert Luque y el que fuera responsable de marketing de la Federación Rubén Rivera.
Desestiman todos los recursos
En una sentencia, los magistrados desestiman todos los recursos interpuestos -tanto de la Fiscalía y el resto de acusaciones, como de la defensa de Rubiales- contra la resolución dictada por el Juzgado Central de lo Penal el 20 de febrero.
La Sala ha confirmado asimismo la prohibición de que Rubiales se acerque a Hermoso en un radio de 200 metros o que se comunique con ella durante un año, y el pago de una indemnización de 3.000 euros a la jugadora por los daños morales causados, así como de la mitad de las costas.
Recurrirá en el Supremo
La defensa del expresidente de la RFEF ya ha anunciado que recurrirá ante el Tribunal Supremo, pidiendo su absolución, la decisión de la Audiencia Nacional.
Su defensa, ejercida por la abogada Olga Tubau, ha indicado que, "desde el máximo respeto", no comparte el razonamiento de los magistrados de la Sala de lo Penal porque "el Tribunal Supremo ya ha marcado nítidamente la línea de no considerar punible un beso cuando no hay intención sexual, como es el caso".
"Por dicha razón, vamos a interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo, para obtener una sentencia absolutoria que resulte ajustada a derecho", ha indicado.
Luis Rubiales ya recurrió la primera sentencia que le condenaba por un delito de agresión sexual leve, asegurando que la jugadora Jenni Hermoso "prestó su consentimiento" al beso, aunque luego mostrase "disgusto".
Por su parte, la Fiscalía solicitó anular el juicio y repetirlo con un magistrado "no viciado de parcialidad", mientras que la futbolista interesó que el expresidente de la RFEF fuera también condenado por coacciones.
La Sala de lo Penal ha desestimado todos los recursos y mantiene la condena, que incluye la prohibición para Rubiales de acercarse a Hermoso a menos de 200 metros ni comunicarse con ella durante un año. Además, deberá indemnizar a la jugadora con 3.000 euros por los daños morales causados, más los intereses legales, y abonar la mitad de las costas del proceso, incluidas las de la acusación particular.
En cuanto a la solicitud de nulidad planteada por las partes, la Sala recuerda que en el caso de una sentencia absolutoria —como ocurrió con el delito de coacciones— no es posible revisar el fallo salvo que existan causas de nulidad, algo que no aprecian en este caso.
Los magistrados comparten con la resolución inicial que el beso en los labios que Rubiales propinó a Hermoso "reflejaba una clara connotación sexual" y subrayan que no fue consentido. Añaden que, desde el primer momento, la futbolista expresó su "disgusto con lo ocurrido", algo que también manifestaron sus compañeras de selección.
Citando al Tribunal Supremo, la Sala recuerda que "no hay un derecho a besar ni la servidumbre de ser besado sin consentimiento", y advierte de que no puede banalizarse el comportamiento de Hermoso por las respuestas que dio inmediatamente después del incidente.
"Lo que se estaba celebrando era una victoria deportiva que no debió empañarse por un acontecimiento puntual, episódico y circunstancial, lo que no excluye ni su relevancia ni su transcendencia penal", puntualizan los jueces.
A su juicio, el hecho de que Hermoso "hubiera reaccionado intentando en aquellos primeros momentos restarle importancia a lo ocurrido o incluso llegando a bromear con los comentaristas deportivos, en nada resta a la verdadera entidad de los hechos ni solidez a su afirmación cuando dice que no prestó su consentimiento".
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