Es una explosión de color y sonido de sólo cuatro días para la que se trabaja durante un año entero. Lo comprobamos al entrar en uno de los particulares 'laboratorios' del Carnaval, en donde encontramos desde escultores a soldadores pasando por sastres y pintores. Así calientan motores en Río de Janeiro para la llegada de su principal evento anual.
El proceso comienza en un departamento en el que se plasma la imaginación interminable de los creativos en las enormes carrozas y en los disfraces de los bailarines, que practican día y noche. Cada escuela tiene unos 5.000 integrantes; de ahí la importancia de los ensayos técnicos. En ellos ya hay lleno absoluto, a falta de una semana para el inicio del Canaval en Brasil.
También es llamativa la rivalidad que hay entre las escuelas. La llevan tan adentro como las ganas de desfilar. "El Carnaval es emoción, es soltar lo que uno lleva dentro todo el año", dice uno de los músicos. Queda claro que la diversión y las ganas de fiesta están ya en marcha.