La esmeralda más grande del mundo, de 11.000 quilates (unos 2,2 kilogramos), se exhibe en Colombia por primera vez desde que fue descubierta en este país hace doce años.
"Esta es una piedra que no tiene valor comercial alguno, es muy difícil, casi imposible, calcular su precio porque no tiene un par con el que se le pueda comparar", explicó Santiago Soto, portavoz de Minergemas, la convención del sector minero donde se muestra la gema.
La piedra se exhibe tal y como se encontró en las entrañas de la tierra y, según Soto, "ni se ha tallado ni se va a tallar". La esmeralda fue hallada en las montañas de Muzo, departamento de Boyacá (centro), junto a otra esmeralda más pequeña, de 2.000 quilates, pero de mayor calidad.
En las montañas de Muzo existe una leyenda indígena que involucra a Fura y Tena, los hijos de dos caciques muiscas habitantes de esos parajes, que se enamoran en contra de la voluntad de sus familias, porque pertenecían a tribus enemigas.
Tras un desencuentro amoroso, Tena muere y, según la mitología, los dos amantes se transforman en ríos y montañas de esmeraldas, ante el llanto de Fura. Por ese motivo, la empresa Coexminas, dueña de la esmeralda más grande del mundo y de la más valiosa, decidió bautizar a las piedras como Fura y Tena, respectivamente.