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Tras la detención de Fabio, Sabina huye junto con los hispanos para pedir su ayuda y rescatar a su amado. Pero la prioridad de los rebeldes es sacar con de allí con vida a Darío. Por suerte la posición de Navia como espía doble les puede resultar útil, aunque los riesgos son elevados. Primero tendrá que ganarse la confianza del pretor…  cueste lo que cueste.

En el campamento, Fabio permanece retenido con Darío. Su futuro es incierto y pide ayuda a la que cree su aliada, Claudia. Pero la romana tiene otros planes para él y utiliza sus buenas relaciones con Galba para convencerle que lo mejor que puede hacer es matarlo. El pretor accede y Claudia ve su sueño de deshacerse de su hijastro cumplido. Pero puede que las cosas no terminen siendo como desea…

Lo que ni Helena ni ninguno en Caura saben es que Serbal no ha muerto en manos de Alejo. Los hazares del destino han querido que el niño haya llegado al campamento en manos de Héctor. Desconociendo quién es ese niño, Galba decide deshacerse de él. Pero alguien en el campamento no está dispuesto a ver perecer a un bebé inocente.

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