La reacción de los padres de los menores que incendiaron la casa de un notario y ahora tienen que pagar 500.000 euros

Un caso polémico. Medio millón de euros es la cuantía que tienen que afrontar los padres de cuatro menores por el vandalismo de sus hijos. Los adolescentes, de entre 14 y 17 años, se colaron en una casa en el Pirineo de Huesca, aprovechando que era la segunda residencia de los dueños, que no estaban. Se bebieron su vino, una travesura con gasolina y un vaso se les fue de las manos, provocando un devastador incendio.

Además de colgar en las redes sociales lo que ha ocurrido, serán sus padres los que respondan con sus bienes a la indemnización. Los delitos a los que se enfrentan son: el allanamiento de morada y daños por imprudencia grave. Como son menores de edad la condena se traduce en 12 meses de libertad vigilada, 6 meses de tareas socioeducativas y 12 meses de asistencia a un centro de día para el más mayor. Además de esa multa a los padres de 557.563 euros por los destrozos ocasionados.

El abogado de uno de los menores implicados, Marco Antonio Navarro, intenta que se reduzca esa cuantía económica. Asegura que los daños no llegan a 150.000 euros. “Tenemos que partir de la base que hemos apelado la sentencia porque estamos casi en 600.000 de responsabilidad civil a cuatro familias que quedan arruinadas. El valor de la casa hace tres años era de 320.000 euros. Y no se tiene en cuenta el valor del suelo, que aproximadamente está en 100.000 euros. Nosotros entendemos que hay un enriquecimiento injusto. También entendemos que hay que resarcir a ese señor. Aquí el debate está en qué hay que indemnizar: ¿El valor de reconstrucción, el valor de reposición o el valor de compra? Ese es el debate jurídico”.

¿Tienen que pagar los padres por lo que hagan los hijos?

Teresa Bueyes, abogada, deja claro que legalmente la responsabilidad civil la van a pagar siempre los padres: “No estamos hablando de la responsabilidad penal que, a partir de los 14 años, ya los hijos son imputables. Aquí estamos hablando de daños patrimoniales e incluso pueden ser morales por la destrucción de recuerdos personales”.

Javier Urra, psicólogo, apunta al carácter educativo para los menores. “Los chicos tienen que saber que todo tiene consecuencias: lo que se hace y lo que no se hace. Esa es la parte educativa y es la esencial".

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