Inseguridad

Vecinos de Las Palmas de Gran Canaria denuncian prostitución y drogas en sus calles a cualquier hora del día

Los vecinos de un barrio de Las Palmas de Gran Canaria aseguran que llevan años sufriendo una situación que es ya insostenible y que está provocando que ni los niños quieran salir a la calle.

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El origen del problema está en los prostíbulos que hay en la zona y que, según los propios vecinos, atraen además drogas, peleas y como consecuencia, inseguridad en las calles. Temen incluso mostrar su rostro por miedo a las represalias ya que estos establecimientos están junto a sus propias viviendas.

María, nombre ficticio de una de las vecinas, asegura que cuando abre la puerta de su casa oye cómo las prostitutas ofrecen sus servicios a cualquiera que pase por la calle. "Imagínate que viene un familiar a verte a tu casa y le espetan eso a la cara", nos cuenta con rabia María. Aunque lo que más le preocupa es la drogaque se vende tanto en calles como en parques y que acarrea muchas peleas. Enfrentamientos que tienen que soportar a diario y a cualquier hora. Demandan más presencia policial que pueda servir como medida disuasoria que evite las peleas constantes. Enfrentamientos con patadas y puñetazos pero también con palos y armas blancas.

Los comerciantes sufren robos a diario

Según los vecinos la prostituciónacarrea otros problemas como los robos constantes. Eva, también vecina asegura que hace unos días robaron en un bazar para llevarse una botella de agua, dejaron a la empleada herida por los golpes recibidos a plena luz del día. Pero cuando cae la noche, el miedo se incrementa y nadie se atreve a salir a la calle, ni siquiera a asomarse a las ventanas porque dicen que reciben amenazas e insultos ya que creen que van a llamar a la policía.

Lo peor, asegura Eva, es ver a sus hijos con miedo acudir al colegio. "Incluso por la mañana ya hay jaleos en las puertas de los prostíbulos". Dice que ya no salen a jugar al parque porque han visto a gente trapicheando con drogas e incluso consumiendo.

Critican la falta de presencia policial y demandan más control porque hay vecinos que no pueden dormir o que están de baja por depresión ya que no soportan más una situación que llevan años viviendo. Algunos se han planteado incluso vender sus casas aunque se preguntan quién querría vivir rodeado de inseguridad, incluso en un barrio del centro de la capital grancanaria

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