Incendio
Los vecinos de Méntrida relatan lo vivido en el incendio: "Esto era un infierno"
Las llamas, de hasta seis metros de altura, forzaron la evacuación de numerosos vecinos, muchos de los cuales no tienen electricidad ni agua.

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Tras dos días de lucha sin descanso contra las llamas, el incendio forestal declarado en Méntrida, Toledo, ya está bajo control. Aun así, la pesadilla no ha terminado para quienes vivieron la tragedia en primera línea: casas calcinadas, animales perdidos, desalojos urgentes y un paisaje arrasado que tardará años en recuperarse.
Las llamas, de hasta seis metros de altura, forzaron la evacuación de numerosos vecinos "deprisa y corriendo al grito de 'Hay fuego'", según han relatado en exclusiva a Antena 3 Noticias. Aunque la electricidad ha vuelto a algunas zonas, varios residentes siguen sin agua potable.
Bajo control, pero con secuelas
El incendio, declarado el pasado jueves, ha arrasado 3.200 hectáreas y ha afectado tanto a Castilla-La Mancha como a la Comunidad de Madrid. El sistema Fidias confirmó su control este sábado a las 8:44 horas de la mañana, y el Plan Infocam ha informado de que todo el perímetro está ya rodeado por una línea de control. No obstante, en su interior todavía podrían quedar pequeños focos activos.
Actualmente permanecen en la zona un medio terrestre y seis personas trabajando en las labores de extinción, junto a medios de la Comunidad de Madrid, dada la afectación en territorio madrileño. La evolución favorable ha permitido rebajar la emergencia a Nivel 0.
"Le faltaba el aire"
El control del incendio no ha calmado el dolor de los afectados. Algunos vecinos regresaron a sus urbanizaciones para descubrir como el paisaje natural había sido pasto de las llamas.
"Imagínate ver cómo todo se está quemando", ha compartido una residente visiblemente afectada.
Una mujer ha declarado al informativo de fin de semana de Antena 3 Noticias: "Mi madre tuvo que ser desalojada porque tiene 86 años y le faltaba el aire". A su vez, ha relatado que su hermana "sufrió un ataque de ansiedad al sentir la impotencia de ver a los animales, a mi madre y a las llamas de cinco o seis metros de altura".
"Esto era un infierno"
El impacto psicológico también es profundo. "Esto hay que vivirlo. Esto era un infierno", ha asegurado la afectada. Algunos todavía están sin agua, pese a que ya han recuperado la luz.
"Menos mal que a la casa no ha llegado", ha declarado compungida una de las vecinas de Méntrida. "Muy mal, muy mal, muy mal, lo digo así", ha resumido.
Actualmente, las autoridades trabajan ahora en la evaluación de daños y en devolver la normalidad a los vecinos.
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