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PRIMERAS FALLAS COMO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Valencia pone fin a sus primeras Fallas de la Humanidad con la quema de casi 770 monumentos

Valencia ha vivido su noche más emocionante: la 'Nit de la Cremà'. Las casi 800 fallas plantadas han quedado reducidas a cenizas y la ciudad vuelve a tener su aspecto habitual.Ha sido el final de las primeras Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Y no ha podido tener un mejor estreno, más de un millón de personas han visitado la ciudad durante estos días.

Las Fallas de Valencia han estrenado el título de Patrimonio de la Humanidad con orgullo y proclamando a los cuatro vientos sus virtudes artísticas y festivas con la tradicional quema de los casi 770 monumentos repartidos por toda la ciudad, cuya sátira y fantasía han atraído este año a un millón de visitantes.

Las autoridades autonómicas y municipales aseguran que este año, a falta de concretar, se han batido unos registros históricos de afluencia gracias, entre otros factores, al buen tiempo -salvo el efímero temporal del pasado lunes-, el reclamo internacional de la Unesco y el hecho de que en comunidades tan fieles a esta cita, como Madrid, fuera festivo tanto el pasado viernes como este lunes.

Las fallas repartidas por cada barrio -que este año han invertido casi siete millones de euros en sus monumentos- han sucumbido ante el fuego que aniquila un año de trabajo y sus variopintas temáticas, tanto políticas -con Donald Trump como inesperado invitado- como deportivas, artísticas, históricas y del chismorreo.

Todo ha transcurrido sin incidentes, como ha sido la tónica desde que el pasado día 1 comenzara la vida fallera en Valencia, una ciudad alterada en su vida diaria con 700 tramos de calle cortados, 238 carpas instaladas, 345 zonas acotadas para fuegos de artificio y cientos de puestos móviles de comida y bebida.

Los ninots que este año se han salvado del fuego son el grupo escultórico formado por niños carnavalescos jugando en una fuente, realizado por el artista Joan S. Blanch para la falla Duque de Gaeta-La Pobla de Farnals, y el grupo de la pescadera y su hijo en su puesto del mercado, hecho por Manuel Algarra Salinas para Almirante Cadarso-Conde de Altea.

En cuanto a las ganadoras, las llamas se han cebado también con la falla l'Antiga de Campanar, que logró el primer premio de la sección Especial con 'Eterna seducció', de Julio Monterrubio, y con el monumento de Convento Jerusalén-Matemático Marzal, que obtuvo el cetro infantil con su 'Abecedario artesano', de José Gallego.

Y la más mediática al caer ha sido, un año más, la falla municipal de la abarrotada plaza del Ayuntamiento, nuevamente de Manolo García y hecha de vareta (listón fino de madera): un imponente "pirulí" de 41 metros de alto, 1.800 kilos de peso y 170.000 euros de presupuesto.

Valencia volverá este lunes a la normalidad gracias al trabajo de los 221 bomberos, 204 policías locales y mil limpiadores que intentarán convertir la maraña de suciedad y cenizas, como proponía este año la aplaudida falla de Cuba-Literato Azorín con "¡Oz... tia!", en los sueños del camino artístico de baldosas amarillas que acabará en la ciudad esmeralda de las Fallas de 2018.

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