La confesión tuvo
lugar en la cárcel de Algeciras. Antonio Ojeda, conocido como Juan el Rubio, está
en prisión preventiva por abusos sexuales a un niño de nueve años y comparte
celda con un preso malagueño.
Este recluso asegura que se ganó la confianza de
Juan el Rubio y que este le comentó que sabía lo que había pasado con Yéremi
Vargas. En concreto, dice que Antonio Ojeda le contó en la celda que vio como un
hombre llevaba al niño, que aparentemente estaba muerto, a un barranco y como
este quemaba el cuerpo del pequeño.
Pero lo que declara
el preso en el juzgado no es exactamente eso. Fuentes de la investigación
aseguran a Antena 3 que ante el juez el preso declara que Antonio Ojeda le contó que vio a Yéremi Vargas muerto en manos de
una tercera persona y facilita su nombre.
La Guardia Civil ya ha descartado su
implicación. Pero el testimonio tiene credibilidad por varias razones: Cuando
este testigo presta declaración ante la Guardia Civil, aun no era de dominio
público que Antonio Ojeda iba a ser declarado el principal sospechoso.
Además, el preso
malagueño ofrece datos de lugares y de carreteras de Gran Canaria que no tendría
por qué conocer si no se lo hubiera contado el sospechoso. Esto no supone una
confesión de Juan el Rubio, pero sí un elemento más que le sitúa en el lugar y
en el momento del crimen.