Suicidio

Tres policías de Lugo evitan que un joven se suicide: "Si subís, me tiro"

Varios vecinos llamaron al 092 para alertar de que una persona se encontraba en lo alto de un edificio en construcción.

Edificio en construcción

Edificio en construcción Freepik

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Pudo ser una tragedia pero tres policías la evitaron. Fueron varios vecinos de Lugo los que informaron de que había una persona en el tejado de un edificio en construcción. Alejandro, agente de la Policía Local, no lo dudó y se acercó corriendo hasta el lugar. "No sabía lo que iba a encontrar, pero nunca imaginé vivir esto", explica.

Allí, en el parque de Rosalía de Castro, se encontró con otra patrulla, esta vez de la Policía Nacional y comprobaron que en el tejado había un joven. Resultó ser un chaval de 23 años, de origen marroquí y con problemas familiares. Pensaron que no iban a tener tiempo de salvarle pero, aun así y gracias a su rapidez, se pusieron manos a la obra para traernos hoy un final feliz a esta historia.

Utilizando unos ladrillos consiguieron subir hasta la parte superior del edificio y allí intentaron, en un primer momento, acercarse al joven que amenazó con lanzarse al vacío si subían a la plataforma en la que él estaba: "Si subís, me tiro", dijo.

Les explicó que no quería seguir viviendo, que su vida era una pesadilla, que tenía una hija de tres meses y no tenía dinero para mantenerla. Pero, tras dejarle desahogarse y apelar a la atención que necesitaría su hija el resto de su vida, consiguieron que empezase a colaborar. Lo consiguieron. Su hija, en cierto modo, también lo logró.

Así lograron evitar la tragedia

Fue acercándose a los agentes, rápidamente le agarraron para bajar con él del edificio y poder ser atendido por los servicios de emergencias que esperaban en una ambulancia.

El joven agradeció a los policías lo que acababan de hacer y ellos no ocultaron su emoción pues, aseguran, que nunca habían vivido algo similar. "A nosotros, cuando todo terminó, también se nos saltaron las lágrimas", cuenta Alejandro.

Ahora, solo piensan en cómo seguir ayudándole para que pueda enderezar su vida. Y, desde el cuerpo, recuerdan que hay una línea, el 024, para ayudar a personas con conducta suicida.

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