DESATRES NATURALES
"Salvar vidas no basta", las lecciones que dejan los desastres naturales en España
Erupciones volcánicas en Canarias, incendios forestales en el interior de la península y grandes inundaciones en el Levante y el Ebro ponen a prueba la capacidad del conjunto de las instituciones para anticiparse y responder. Pero más allá del impacto inmediato, persiste una verdad incómoda: no basta con evacuar a tiempo.

Publicidad
El fotógrafo y documentalista Alfonso Escalero Suz, testigo directo de la erupción del volcán Tajogaite en La Palma, ha convertido su experiencia personal en un compromiso público. Galardonado con el Premio Cabildo Insular de La Palma 2025 en la categoría de Méritos Excepcionales, por su labor altruista en favor de la población afectada, Escalero ha plasmado en una serie de propuestas las lecciones aprendidas durante aquella catástrofe.
Afirma, tras haber vivido de cerca el sufrimiento de cientos de familias, que en estas grandes emergencias "no basta con salvar vidas", sino que hay que preparar a la población de forma preventiva sobre los riesgos naturales y crear condiciones para que pueda rehacer su vida después. Su mensaje es claro: “Salvar vidas debe seguir siendo la prioridad, pero si esa frase se convierte en eslogan, corremos el riesgo de olvidar lo que viene después”.
Cultura de riesgo y prevención desde la ciudadanía
La primera línea de actuación que plantea Escalero, parte de una idea sencilla: la prevención es también una forma de protección. En un país donde las catástrofes naturales se repiten con frecuencia —ya sea por fuego, agua o lava—, el fotógrafo defiende la necesidad de una cultura del riesgo, de un aprendizaje que se base en la información y la responsabilidad compartida.
Propone que toda persona que adquiera una vivienda o terreno reciba información precisa desde las notarías sobre los riesgos naturales de la zona, ya sean volcánicos, de inundación o de incendio. “No es alarmismo —asegura—, es educación cívica”. También sugiere la implantación de seguros obligatorios o bonificados en áreas vulnerables, acompañados de campañas pedagógicas que expliquen su utilidad y su coste real.
Otro de los puntos críticos, señala, es la necesidad de actualizar el catastro y los registros para reflejar fielmente lo construido y evitar que la burocracia frene las ayudas o deje fuera a quienes más las necesitan. Incide también el fotógrafo, en la importancia de actualizar los empadronamientos, “pues en el caso de La Palma, hubo quienes vivían en una casa, pero no estaban empadronados, y tuvieron problemas para ser reconocidos como personas damnificadas”.
Gestión institucional y atención emocional
La segunda familia de medidas se centra en el papel de las instituciones durante la emergencia. Escalero insiste en la importancia de una identificación inmediata de los afectados y de una comunicación clara, coordinada y continua entre técnicos, responsables políticos y ciudadanía. "Un rumor puede hacer más daño que el fuego o la lava", advierte.
También reclama la presencia de equipos psicológicos desde el inicio, tanto para los evacuados como para los equipos de intervención. "El trauma no empieza cuando se apaga el volcán o el incendio —subraya—, empieza mientras ruge o arde". La atención emocional, argumenta, debe considerarse una parte esencial del dispositivo, no un añadido tardío a posteriori.
La logística de la dignidad
Otra de las claves de las propuestas del premio Cabildo de La Palma, es lo que él denomina la "logística de la dignidad". Propone garantizar alojamientos dignos considerando la unidad familiar y también a sus animales. Recuerda que en La Palma "no se previó el realojo integral ni la retirada organizada de pertenencias; pasó más de un mes antes de habilitarse almacenes, y muchos enseres acabaron destruidos por la humedad o las ratas".
Además, reivindica el papel de la tecnología como herramienta de gestión: drones para supervisar incendios o viviendas afectadas en tiempo real, imágenes satelitales que garanticen mayor frecuencia entre un pase y el siguiente para analizar la evolución de los fenómenos naturales y sus consecuencias y equipos especializados en la retirada rápida de ceniza, barro o escombros. "No es caridad —insiste—, es gestión inteligente de la resiliencia".
Ética científica y planificación responsable
El tercer eje de sus propuestas aborda la ética científica y la planificación territorial. Escalero defiende una geoética que combine rigor técnico con sensibilidad social. "La ciencia no puede alejarse de la gente. Hay que explicar la incertidumbre, no esconderla, y evitar los triunfalismos", afirma.
La comunicación de la información que trasladan los científicos y autoridades a la población debe de ser "clara y directa y más si hay cambios a última hora", destaca Escalero. Con esto hace referencia a que en La Palma no se informó con claridad sobre el cambio de ubicación de la zona de peligro y en consecuencia el cambio de peligrosidad por el desplazamiento del magma más al norte.
También propone una planificación urbanística adaptada a los riesgos reales del territorio, con cartografías actualizadas, límites claros y alternativas habitacionales seguras. “Construir donde se puede no es prohibir —añade—, es proteger a las generaciones futuras”. Esta visión, recuerda, debe aplicarse por igual ante la amenaza del fuego, el agua o la lava.
La resiliencia no se improvisa
Las medidas que plantea Alfonso Escalero no son un listado técnico, sino el resultado de una vivencia personal y colectiva aplicable a cualquier catástrofe natural en situación de emergencia. "Cuando la administración dice ‘hicimos lo que pudimos’, el ciudadano escucha ‘apáñate como puedas", resume.
El fotógrafo defiende que la misma confianza que la población entrega a las autoridades en los momentos de mayor riesgo e incertidumbre, se les debe devolver con instituciones eficaces, ayudas que lleguen a tiempo y protocolos que se cumplan. Y subraya un aspecto fundamental: la comunicación efectiva en tiempo real. En cualquier emergencia, explica, informar bien es tan decisivo como movilizar recursos materiales. "La ciudadanía puede entender la incertidumbre; lo que no perdona es la opacidad".
"La resiliencia no se improvisa. Se entrena, se ensaya y se educa. El fuego arrasa lo visible, el agua lo arrastra y la lava lo cubre, pero el desorden y la desmemoria arrasan algo más profundo: la confianza".
Más Noticias
-
Muere un expolicía y 16 personas resultan heridas en un accidente entre un autobús y un coche en Gran Canaria
-
El colegio sevillano donde iba la menor que se suicidó no activó el protocolo de acoso ni el de conductas autolíticas
-
Un repartidor salva la vida a un conductor que estaba convulsionando: “Ese día me salió todo bien”
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad en nuestro perfil de Google.
Publicidad