Inflación

Las razones por las que ha subido tanto el precio de la sandía

La inflación se está notando con fuerza en una serie de productos básicos, dentro de los cuales se encuentra la fruta de verano. La sandía es la que ha experimentado un incremento mayor en su precio.

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La inflación que, desde hace meses, azota España se nota, sobre todo, en la electricidad, el combustible y la cesta de la compra. La subida de precios ha afectado a alimentos básicos, entre los que destaca la fruta de verano. Dentro de ese grupo, la sandía es la que más ha incrementado su valor. ¿Por qué?

El incremento generalizado de los precios, que comenzó con la crisis económica derivada del coronavirus y que se ha agrava por culpa de la guerra en Ucrania, afecta más, generalmente, a los productos que, en cada momento, son los más demandados.

Teniendo en cuenta que acabamos de entrar en el verano y que la fruta de dicha estación es de lo más solicitado, es lógico que, en un contexto económico actual, su precio se dispare.

El precio se ha triplicado en el último año

El precio de la sandía se ha triplicado en el último año, según los datos del ministerio de Agricultura en la semana del 24 al 30 de mayo de 2021 el precio del kilogramo era 26,9 céntimos y en esa misma semana de 2022 se ha incrementado hasta los 84,79 céntimos.

No hay un único culpable de este encarecimiento tan descarado, por un lado hay que tener en cuenta que se ha recortado la producción de sandía aproximadamente un 50%. Además, como todos los bolsillos advertimos han subido todos los precios y en la agricultura se resiente más el incremento de la luz, combustibles e insumos. Esta subida de los costes eleva el precio final para que gastos y beneficios puedan ser proporcionados. Y también cómo no, las altas temperaturas y la llegada del verano ha aumentado la demanda y siguiendo la ley básica del mercado con menor oferta y mayor demanda la subida de precio es inevitable.

Alemania, Francia, Polonia y Países Bajos son los lugares a los que más viaja la sandía española.

No es la única fruta que sube de precio

Los precios no dejan de subir. El precio del melón, por ejemplo, se ha disparado en los mercados. Hace un año el kilo costaba 70 céntimos, ahora está en 1, 60, casi el doble.

Lo mismo pasa con el aguacate: en algunos supermercados está ya a 12 euros el kilo, lo que supone 5 euros más que el año pasado.

Para que nos hagamos una idea, la cesta de la compra han subido cinco veces más que el IPC. El pan, la harina o los cereales también son cada día más caros.

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