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HAN ENCONTRADO UN COCHE

La Guardia Civil rastrea el fondo marino para localizar objetos arrastrados por la riada en Baleares

Alrededor de 70 personas continúan trabajando en las zonas afectadas por la riada. Buzos de la Guardia Civil buscan en el fondo marino en la desembocadura del torrente en S'Illot para descartar que haya algún cuerpo pese a que hay constancia de que no queda ningún desaparecido.

Buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil trabajan, quince días después, en la localización de vehículos arrastrados al mar por la riada del 9 de octubre y han encontrado ya un turismo.

Los especialistas están empleando un sónar para mapear el fondo marino en la desembocadura del torrente en S'Illot y, a partir de sus resultados, realizan inmersiones para identificar los objetos que fueran arrojados al mar por la torrentada que arrasó Sant Llorenç.

Este jueves, han localizado un segundo vehículo hundido. Según han informado fuentes del Instituto Armado, el vehículo ha sido localizado por la mañana y se ha entregado la documentación correspondiente a su propietario.

Aunque no hay constancia de que quede ningún desaparecido, la Guardia Civil quiere descartar cualquier posibilidad y está rastreando todo el lecho marino para situar los restos voluminosos y particularmente los vehículos, que se revisarán para confirmar que están vacíos. El propietario del turismo sumergido ha sido localizado y se le ha informado del hallazgo.

En total, unas 70 personas siguen trabajando en las zonas afectadas por la riada, según ha conformado la dirección general de Emergencias del Govern balear. Además de los guardias civiles que operan en la desembocadura, distintos efectivos limpian con maquinaria el lecho y los márgenes del torrente desbordado, donde aún se acumulan toneladas de residuos arrastrados por el agua.

En Sant Llorenç prosiguen los trabajos de reconstrucción, de revisión de estructuras y de apuntalamiento de las viviendas más afectadas por la riada.

La torrentada provocada el pasado 9 de octubre por lluvias próximas a los 240 litros por metro cuadrado en menos de dos horas en distintas zonas del Levante de Mallorca, particularmente en Sant Llorenç, mató a 13 personas y causó daños materiales en viviendas, empresas e infraestructuras públicas valorados en 91 millones de euros.

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