El detenido como presunto autor de las cuatro muertes en la localidad gerondense ha dicho mientras los agentes policiales lo detenían: "Yo ya estoy satisfecho", según ha asegurado una testigo presencial.
El presunto autor de los cuatro asesinatos ocurridos en Olot y en la vecina zona de La Canya, Pere P., ha regresado a la comisaría de los Mossos d'Esquadra después de tomar parte en la reconstrucción de los hechos.
El acusado ha sido primero conducido en un vehículo de la policía autonómica al bar donde se han producido los dos primeros homicidios, el de un constructor y su hijo.
En ese lugar, los investigadores, junto al detenido, han permanecido unos diez minutos y, posteriormente, todos se han dirigido también en coche al escenario de los otros dos crímenes, la oficina de Caja Mediterráneo, donde han muerto dos empleados.
Llevaba varios meses sin cobrar
Las dos primeras víctimas, asesinadas en un bar, son Joan y Ángel Tubert -padre e hijo- constructores en cuya empresa trabajaría el asesino. Según un testigo, el detenido ya había amenazado "mataría a Tubert".
El detenido Pere P.P. al parecer ha actuado movido por la venganza al matar al propietario de una empresa de construcción para la que estaba trabajando y a los empleados de la caja de ahorros.
Los hechos han ocurrido alrededor de las nueve de la mañana, cuando el detenido, de nacionalidad española y sin antecedentes penales, ha entrado en el bar La Cuina de l'Anna, del núcleo de La Canya, junto a Olot, y ha disparado mortalmente al dueño de la empresa Construccions Tubert, de la que era trabajador, y a su hijo.
Según fuentes cercanas al caso, el homicida se ha dirigido en coche al bar armado con la escopeta porque sabía que allí estaba desayunando el constructor, Joan Tubert, de 62 años, y le ha disparado sin dudar un único tiro mortal, y luego ha disparado también contra su hijo, Angel Tubert, de 35 años.
Tras este primer tiroteo, el acusado se ha subido inmediatamente a su vehículo y rápidamente ha ido hasta la oficina de la Caja del Mediterráneo (CAM) de Olot, donde ha llegado a las 9.21 horas, cuando se encontraban en la entidad tres trabajadores de la entidad bancaria, en la que al parecer no había en ese momento ningún cliente.
Armado con la escopeta, el acusado ha disparado mortalmente a dos empleados, un hombre y una mujer, que han fallecido casi en el acto, sin que los servicios de emergencia pudieran hacer nada para salvarles la vida. La tercera empleada, que en aquel momento se encontraba en un despacho, ha salido ilesa.
Los empleados de la entidad bancaria fallecidos son Anna Molas y Rafael Turró, ambos casados y con hijos, según fuentes próximas a las víctimas.
Según fuentes cercanas al caso, una de las hipótesis que barajan los investigadores en este doble crimen es también que actuara por algún problema con la entidad bancaria, ya que en principio se descarta que el móvil fuera el robo.