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UN VECINO FUE TESTIGO DE LO OCURRIDO

Antes de desaparecer, Diana Quer sufrió un incidente volviendo a su casa: "Fue un coche al lado suyo, como increpándola"

Tras la desaparición de Diana Quer, un vecino de la familia contó que había visto cómo un coche fue al lado de la joven, como increpándola y que el vehículo "salió disparado cuando vieron que ese vecino salió", relata la madre de Diana.

Diana Quer, de 18 años, fue vista por última vez la madrugada del 22 de agosto de 2016 en A Pobra de Caramiñal, A Coruña, un pueblo donde veraneaba con su familia.

"Galicia es un sitio del que nos enamoramos hace muchísimos años", dice Diana López-Pinel, madre de la joven desaparecida, que cuenta que tras un viaje a Galicia con su marido decidieron comprar una casa en el pequeño pueblo porque pensaban que podría ser "muy tranquilo" para Diana y para su hermana pequeña cuando fueran creciendo.

Juan Carlos Quer, el padre de Diana explica que "A Pobra es un sitio muy tranquilo", dice que él no estaba allí el día de la desaparición, que coincidió con unas fiestas populares del pueblo, pero matiza que había estado en esas celebraciones años antes y que como padre, se sentía "más o menos tranquilo de dejar a su hija" salir por allí.

Su madre explica que el mismo día de la desaparición Diana estaba "súper feliz, no sé si porque nos volvíamos a Madrid en poco tiempo por qué". Esa mañana la madre y la hija estuvieron desayunando junto a la hermana menor, Valeria, y sin motivo aparente, Diana abrazó a su madre y le dijo "te quiero mucho, mami".

Ese verano Diana había salido poco con sus amigos, pero al coincidir con las fiestas una amiga le llamó y le pidió a su madre que la llevara en coche. Diana estuvo en un parque con sus amigos. Allí se le vio con un chico de su edad y con un grupo formado por adolescentes, todos veraneantes en A Pobra.

A las 1.21 horas, su madre le escribió a través de Whatsapp para preguntarle a qué hora volvería y ella contestó que no lo sabía y que se quedaría un rato más. "No me llamó para que la fuera a buscar", dice su madre, que explica que su hija no debió sentirse amenazada ni sentir ningún peligro porque "ella es muy miedosa y me hubiera llamado".

Casi una hora más tarde, a las 2.16 horas, Diana "envía un mensaje de audio a una amiga de Madrid en el que le dice que le echa de menos", explica la periodista de Antena3 TV Galicia Susana López Raña, que cuenta que en ese audio se escucha música de fondo, lo que indica que Diana todavía estaba en la fiesta. Poco después de ese mensaje de audio, la joven le dijo a sus amigos que se marchaba a casa.

En ese recorrido Diana se encontró con su amiga Sharleny, la última persona que vio a la joven y que ha testificado, pues puede haber otro testigo que la viera después pero que todavía no lo haya confesado. Sharleny explica que se encontraron cerca de una pizzería y que Diana le dijo que se iba a su casa porque estaba aburrida.

Según explica el periodista Nacho Abad, Sharleny recorre el mismo itinerario que Diana Quer a unos metros de distancia. La sitúa en el entorno de la pizzería de A Pobra manipulando su teléfono móvil quieta. La amiga dice que en el momento en el que camina hacia Diana, ella deja de utilizar su teléfono y se marcha hacia la zona de las naves industriales abandonadas, un lugar que, según Pedro Víctor de Bernardo, abogado de la madre de Diana, es "como la boca del lobo". Es un "sitio oscuro donde no hay ninguna iluminación, ninguna farola, ningún edificio".

Tras este encuentro con Sharleny, Diana mantiene una inquietante conversación de Whatsapp con un amigo de Madrid en el que le dice que se está quedando sin batería y que cuando llegue a su casa siguen hablando. Tras esto, la joven le escribe "un gitano me está llamando" y cuenta que le ha dicho "morena ven aquí", pero cuando su amigo le pregunta a través de la aplicación de mensajería instantánea que cuál fue la reacción de Diana, ya no hubo respuesta.

Ese es el momento exacto en el que Diana deja de utilizar el móvil. En el momento en el que ella escribe ese mensaje tiene que ocurrir algo que le impida continuar la conversación radicalmente, explica el periodista de Espejo Público Alfonso Egea. Esa persona a la que describe como un gitano, y que no tiene por qué serlo, debe ser uno de los responsables de la desaparición de Diana.

La misma noche, Sharleny, la amiga de Diana, también denuncia que se ha sentido acosada por tres jóvenes. Uno de ellos le dijo "morena ven aquí", tal y como escribió Diana Quer en su mensaje de texto. Como Sharleny no le hizo caso, el joven se puso agresivo, le cogió del brazo y su móvil salió volando, pero sus amigos estaban cerca y los separaron.

En los primeros momentos de la investigación, la localización de esos jóvenes es prioritaria y Sharleny se convierte en testigo protegido hasta que logran identificarlos, pero tras examinar sus teléfonos, hablar con ellos y preguntarles por su coartadas, queda descartada cualquier tipo de relación entre el incidente de Sharleny y la desaparición de Diana.

La madre de Diana Quer ha explicado que unos días antes de su desaparición, la joven ya había sufrido otro incidente en A Pobra. Diana volvía a su casa en torno a las 11 de la noche y "fue un coche al lado suyo, como increpándola", pero ella no se lo contó, fue un vecino el que explicó lo sucedido después de que Diana desapareciera. "El coche salió disparado cuando vieron que ese vecino salió", explica la madre.

La investigación toma otro rumbo y ahora se dirige a los feriantes que estaban en el pueblo con motivo de las fiestas. "Cuando llegamos nos increparon en las caravanas, nos dijeron que devolviéramos a la chica", dice uno de los feriantes, que cuenta ellos estaban "tranquilos porque cuando no haces nada, estás tranquilo".

El periodista Alfonso Egea cuenta que tras investigar e interrogar a los feriantes, a sus amigos y conocidos, no hay ningún elemento que los vincule con la desaparición de Diana. De este modo, la Guardia Civil se encuentra el peor escenario para una investigación. Sin testigos, ni sospechosos, sin un cuerpo, sin pruebas.

El periodista Nacho Abad cree que "son varias personas las que la abordaron, no un conocido, sino varias personas que accidentalmente estaban allí o que la siguieron".

Por su parte, el abogado de la madre de Diana cree que había varias personas: "Uno al volante del vehículo y para cogerla otros dos, para garantizar que no iba a haber escándalo, que ella no iba a gritar".

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