Es la primera vez en once meses que Ángel regresa al lugar donde unos ladrones le partieron la vida. Dos jóvenes robaron su furgoneta y Ángel, en el coche de un amigo, les persiguió durante 23 kilómetros, hasta una calle del barrio de Moratalaz, en Madrid. Se bajó rápidamente del vehículo, se agarró a la ventana del copiloto con la intención de que detuvieran su huida y éstos aceleraron rápidamente, arrastrándole bastantes metros por el suelo y empotrándole contra un contenedor de recogida de vidrio.
El golpe contra los contenedores fue brutal. Varias fracturas en todo el cuerpo y un severo traumatismo craneoencefálico mantuvieron a Ángel veinte días en coma, dos meses en el hospital y toda una vida por delante para una difícil recuperación. "Con daños cerebrales y... ¿secuelas ahora?, tengo fallos en la memoria, en la rapidez mental, pérdida de visión de un ojo, varias fracturas en los pies y en las manos y, bueno, mi vida me la han machacado", cuenta la víctima.
Gracias al ADN hallado en la furgoneta, la Policía ha detenido a Manuel García Fernández, con 26 antecedentes a sus espaldas y hermano de El Rafita, el joven condenado por la violación y asesinato de Sandra Palo. La víctima del robo no recuerda nada de los sucedido pero sí sabe que no lo volvería a hacer.
"No me han robado la furgoneta pero me han robado mi vida, todo lo que yo más quería en la vida me lo han quitado, mis ilusiones, mis aficiones, todo me lo han quitado", concluye Ángel.
El detenido ha ingresado en prisión acusado de tentativa de homicidio.