El coche que va a ser asaltado aparca en el área de servicio y sus ocupantes se marchan mientras los asaltantes llegan en un vehículo blanco robado. Previamente han comprobado las vías de escape y la situación de posibles cámaras de seguridad.
El resto de asaltantes llegan en un segundo coche y se acercan al vehículo elegido para el robo. Tras romper una de las ventanillas desvalijan el turismo. El ladrón oculta su identidad cubriendo su cabeza con un pasamontañas.
''Eligen como víctimas sobre todo gente que esté de viaje -, explica Mercedes Martín, portavoz de la Guardia Civil de Madrid-, porque de esa forma se aseguran que entre el equipaje encuentren aquellos objetos más valorados, como navegadores, teléfonos móviles o tabletas electrónicas, que es el material que tiene después mejor salida”.
La Guardia Civil se puso tras la pista de la banda luego de recibir varias denuncias en la Comunidad de Madrid. Se trataba siempre de robos en el interior de vehículos en diversas áreas de servicio. Aprovechaban la ausencia del conductor para efectuar el asalto. Y rajaban las ruedas del coche para evitar ser perseguidos.
Los detenidos habían formado una banda multinaciones. De origen albanés, marroquí y español, los cuatro detenidos se habían conocido en España por sus amplia actividad delictiva.
Evitaban ser descubiertos por la víctima, pero cuando eso no era posible les amenazaban con armas blancas o pistolas. En uno de los casos captados por las cámaras de seguridad de una gasolinera, la víctima regresa antes de los previsto y se encuentra con los ladrones. Ellos ya tienen el botín y huyen perseguidos a la carrera por el conductor asaltado. A los cuatro detenidos se les imputa, al menos, 25 robos como estos.