Maltrato
Condenado un padre de A Coruña por mantener a sus hijos entre pulgas, insultarles y darles con el cinturón: "Yo soy así"
Los niños, de 9 y 5 años, sufrían maltrato y vejaciones por parte de su padre durante las visitas de fin de semana. Permanecían hacinados en una chabola, sin alimentación adecuada e incluso sin medicación.

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Es uno de esos casos que nos revuelve nada más escucharlo. Se trata de dos niños de 9 y 5 años que vivían un auténtico calvario durante los fines de semana que les tocaba estar con su padre después de que el matrimonio se divorciase. Golpes, insultos, vejaciones y unas condiciones insalubres en las que eran obligados a vivir, incluso, entre pulgas.
Era tal el trauma que sufrían, que el niño vomitaba compulsivamente y la pequeña no controlaba sus necesidades. Lo peor, si es que eso es posible, es que el padre habría respondido a la psicóloga que trataba a sus hijos con un: "Yo soy así", aludiendo a que se trataba de su forma de educar a sus hijos, una forma que, por suerte, la justicia ha frenado en seco condonándole a tres años y cuatro meses de prisión. Además, tendrá totalmente prohibido aproximarse o comunicarse con los menores durante once años y medio.
Obligados a tragarse su vómito o encerrados a oscuras en una habitación
El juez indica en la sentencia que el acusado ejerció sobre sus hijos "violencia física y psíquica continua", a través de “agresiones, insultos y conductas vejatorias”. Barbaridades tales como obligar a su hijo a tragarse su propio vómito o a encerrar a su hija en una habitación a oscuras.
El lugar en el que residían los pequeños durante esas visitas era ya en sí mismo un infierno. Afirma el magistrado en su sentencia que no tenía la higiene mínima necesaria, llena de residuos y chatarra, hasta el punto de que esta situación derivó en que los niños llegasen a tener "el cuerpo lleno de picaduras de pulgas e insectos por la falta de salubridad de la vivienda". Tampoco les alimentaba de manera adecuada e incluso dejaba de suministrar a su hijo el medicamento que tenía pautado.
Los menores han precisado atención psicológica debido al trauma
Los golpes eran una constante, según ha trascendido de algunos de los informes realizados, a base de 'cinturonazos' en muchas ocasiones. A su hijo lo golpeaba "en la cara, en las piernas o en el culo". Además, según consta en el fallo, los insultaba "de manera frecuente".
El titular del Juzgado de lo Penal número 3 de A Coruña considera plenamente creíbles los testimonios de los dos menores, que tenían en el momento de los hechos 5 y 9 años. Asegura que "no se atisban razones por las que hubiesen querido mentir". Además, destaca que los informes psicológicos acreditan el malestar emocional y los síntomas compatibles con situaciones de maltrato. Hasta el punto de vómitos compulsivos por parte del niño e incapacidad de controlar sus necesidades en el caso de la pequeña. Un infierno total del que han podido salir pero del que todavía se recuperan emocional y psicológicamente.
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