Polémico radar

Un nuevo radar de velocidad 'caza' en San Sebastián a 16 infractores por minuto

Lo instalaron hace un par de semanas. La velocidad en la zona esta limitada a 30 Km/h. El aparato instalado en el Alto de Miracruz, a la altura del restaurante Arzak, no para de multar y genera polémica entre peatones y conductores sobre su verdadera finalidad

Radar en San Sebastián

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El Ayuntamiento defiende que su instalación responde a criterios de seguridad vial, ya que busca proteger las inmediaciones del centro escolar cercano y controlar el exceso de velocidad en un tramo urbano con elevado tránsito. Se trata de uno de los tres nuevos radares que completan la red de control de velocidad en la capital guipuzcoana. Los otros dos situados en la Avenida de Navarra, junto al colegio Jesuitak, y el que han renovado en el Paseo Doctor Begiristain, frente al centro sanitario Onkologikoa.

En total, la ciudad cuenta con doce radares fijos y uno móvil ya que, tras convertirse oficialmente en ‘Ciudad 30’ en 2021, busca cumplir con la política que limita la velocidad en casi todas las vías urbanas a 30 km/h, salvo en algunos ejes de entrada y salida, donde se permiten 40 o 50 km/h.

Según datos municipales, entre enero y junio de este año se registraron 1.994 infracciones en estos radares fijos, una media de once multas diarias frente a más de 320.000 desplazamientos motorizados diarios en Donostia. Además, las sanciones oscilan entre 100 y 600 euros, incluyen la retirada de puntos y, en los casos más graves, pueden llegar a constituir un delito penal.

Carteles pequeños y poco visibles

En el entorno del Alto de Miracruz, los vecinos no coinciden en opiniones. Algunos destacan la función preventiva del radar y otros consideran que el límite de velocidad en ese tramo es excesivo y que buscan recaudar más que prevenir accidentes. La polémica se ha visto reflejada incluso en redes sociales con un vídeo del radar captando vehículos “cada pocos segundos” y ha acumulado miles de reproducciones y comentarios enfrentados.

La cuestión de la señalización también ha generado debate. Varios conductores aseguran que los carteles que advierten de la presencia del radar son pequeños o poco visibles, lo que aumenta la sensación de sorpresa y desconfianza. Desde el Ayuntamiento, afirman que todos los dispositivos están debidamente señalizados y la concejala de Movilidad, Olatz Yarza, insiste en que todas las ubicaciones se revisan periódicamente y que la prioridad sigue siendo proteger zonas vulnerables. Mientras tanto, los ‘flashes’ no paran y la polémica continúa

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