Granada

De 'El barbero' a 'La cubana', este es el pueblo de Granada donde todos tienen mote y una guía con los apodos

Todo el mundo tiene apodo en Fornes, un pequeño pueblo de Granada, de cerca de 600 habitantes, donde lo raro es que alguien te conozca por tu nombre y apellidos. Desde hace más de 20 años, el Ayuntamiento saca una guía de teléfonos con los motes de cada vecino.

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Para encontrar imágenes de guías telefónicas, de esas de páginas muy finas y con filas y filas de nombres con letras minúsculas, este redactor ha tenido que bucear bastantes años atrás en nuestros archivos.

Internet y los móviles han hecho desaparecer esos listines. Pero como si fuese el reducto galo de Asterix y Obelix, hay un pueblo donde aún usan guías de teléfonos. Es en Fornes, en la provincia de Granada. "¡Carmen 'La cubana'! ¿Me puedes mirar el teléfono de Encarna 'la del Cuadro?'", le dice Obdulia, conocida por todos como 'la Capitana'. Un apodo que le viene porque a su abuelo le hacía siempre mucha ilusión ser el capitán cuando jugaba al fútbol.

En el pueblo, como ella, cada vecino tiene su apodo. "Yo soy José Antonio 'Caracoles'", nos cuenta uno de los vecino mayor y risueño. Y cada apodo tiene su por qué: "Lo de 'Caracoles' viene porque mi padre de pequeño tenía el pelo muy rizado y le salían rizos en la cabeza muy redondos", nos explica José Antonio.

Esta guía de teléfonos está bautizada -o tiene el mote, podríamos decir- como Apotel, palabra que une 'Apodo' y 'Teléfono' y nació en 1998. Ya en el mítico informativo presentado por José María Carrascal se daba cuenta del inicio de esta iniciativa. Entonces el listín era algo rudimentario, en un primer momento escrito a mano, y vio la luz en parte porque ya entonces era difícil identificar a los vecinos por sus verdaderos nombres y apellidos: "Los vecinos llamaban al ayuntamiento y preguntaban cómo se llamaba realmente fulanito o menganito, según su apodo. Porque no sabían el nombre real", nos cuenta la alcaldesa de Fornes, Ana Belén Fernández. "Era la época en que la gente empezaba a tener mayoritariamente teléfono en casa", añade.

En este pueblo, por tener, incluso el patrón tiene mote. Aquí nadie se encomienda a San José sino a "El viejo". "En las fiestas patronales los vecinos gritan: ¡Viva San José Bendito, Viva el Viejo!", relata con humor la alcaldesa.

El apodo del santo es de los pocos que faltan en esta guía que se va actualizando. "Por ejemplo -nos explica Carmen la cubana- a mi sobrino ya nadie le llama 'El cubano', sino 'El bici', porque de pequeño le robaba las bicis a todos sus amigos. Y él quiere que le llamen así, 'El bici'. Apotel se convierte así, año tras año, en una obra de referencia imprescindible en Fornes.

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