Productos biológicos, orgánicos o ecológicos. Significa lo mismo y la única manera de comprobar que realmente lo son es consultarlo en su etiqueta de control.
El consumo de alimentos ecológicos está en pleno crecimiento, aunque eso supone también el incremento del número de fraudes. Recientemente, la Guardia Civil ha desarticulado un fraude en los pepinos y huevos 'bio'.
Cada Comunidad Autónoma tiene la obligación de controlar este tipo de producción dos veces al año. Cumplir estos estándares no es fácil, ya que el rendimiento de una tierra o una ganadería puede llegar a ser de un 80% menos que el convencional. Por eso cuestan hasta el doble. Hacer una compra 100% biológica al año nos puede suponer hasta 1.000 euros más de presupuesto.
Desde hace unos años, España ha ido incrementando el consumo de estos alimentos, intentando incluirlos, por ejemplo, en los colegios. En Granada, un grupo de padres se encerraron en la escuela de sus hijos para exigir que los comedores ofreciesen alimentos orgánicos.
Aunque en España cada vez se consumen más este tipo de alimentos, en nuestro país solo gastamos unos 37 euros anuales, mientras que en Suiza o Dinamarca, los mayores consumidores de productos orgánicos, se llega a gastar hasta 300 euros al año.
