Obesidad infantil

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UN ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD PORTUGUESA DE COIMBRA

Los niños con mal hábito de sueño tienen más riesgo de padecer obesidad que las niñas

El estudio revela que los niños con un mal hábito de sueño, bien porque duermen menos de 9 horas o porque duermen más de 12 horas, tienen un 128% más de riesgo de padecer obesidad que las niñas. Curiosamente, entre las niñas no hay asociaciones significativas entre la duración del sueño y el riesgo de obesidad.

Los niños con mal hábito de sueño tienen mucho más riesgo de padecer obesidad que las niñas, según un estudio científico divulgado por la Universidad portuguesa de Coimbra (UC).

El estudio, elaborado sobre 8.273 menores de los dos sexos, de entre 6 y 12 años, revela que los niños con un mal hábito de sueño, bien porque duermen menos de 9 horas o porque duermen más de 12 horas, tienen un 128% más de riesgo de padecer obesidad que las niñas.

Uno de los investigadores, Aristides Machado-Rodrigues, precisa que, "curiosamente, entre las niñas no hay asociaciones significativas entre la duración del sueño y el riesgo de obesidad, ni en los días de diario ni durante el fin de semana".

Las conclusiones de este estudio, desarrollado durante los últimos seis años, hacen un llamamiento a la necesidad de esfuerzos adicionales, por parte de los padres para, controlar los hábitos de sueño durante toda la semana.

Machado-Rodrigues insiste en que "la privación de sueño, sobre todo en edades pediátricas, está asociada con diferentes problemas de salud, no sólo de índole cognitivo, sino también con la disminución de la tolerancia a la glucosa, lo que supone un factor de riesgo para la obesidad".

El estudio también se refiere a la preocupación por los comportamientos sedentarios de los niños, sobre todo, por el uso de aparatos tecnológicos como tabletas o móviles, especialmente en horario nocturno, y "muchas veces encerrados en su cuarto y sin el conocimiento de los padres".

Según Machado-Rodrigues, los hábitos de sueño deben tener la misma atención que otros comportamientos cotidianos como la actividad física o la nutrición, ya que la obesidad es una de las epidemias del siglo XXI.

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