Verano

La ropa negra da más calor ¿qué hay de cierto en este mito?

Con la llegada del verano, vuelven los debates de siempre. Uno de los más repetidos es si la ropa negra da más calor. ¿Mito o realidad? La ciencia tiene algo que decir al respecto.

Dos mujeres protegiéndose del calor en España

Dos mujeres protegiéndose del calor en EspañaEFE

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España está atravesando uno de los veranos más calurosos que se recuerdan. Las olas de calor se encadenan, las temperaturas nocturnas no dan tregua y buscar formas de sobrellevar el calor se ha convertido en una necesidad más que en una costumbre. En este contexto, cada decisión cuenta: desde lo que comemos hasta lo que nos ponemos. La elección de la ropa, por tanto, juega un papel clave a la hora de sentirnos más o menos cómodos.

Aunque muchas veces solo pensamos en el color, hay otros factores que influyen en cómo la ropa afecta a nuestra sensación térmica: el tipo de tejido, el ajuste al cuerpo, la transpirabilidad o incluso si hay o no brisa. Pero vamos por partes.

¿Es cierto que la ropa negra da más calor?

La lógica básica dice que sí. Los colores oscuros, como el negro, absorben más radiación solar, mientras que los claros la reflejan. Por eso, a simple vista, parece razonable pensar que vestir de negro en verano es un error. Sin embargo, esta idea no es tan simple como parece.

Lo curioso es que los beduinos del desierto, que viven en condiciones de calor extremo, visten habitualmente con túnicas negras. Y esto no es casual. Un estudio publicado en los años 80 por la revista Nature analizó precisamente este fenómeno. Los resultados desmintieron la creencia popular de que el negro siempre da más calor.

La clave está en cómo se comporta la ropa según las circunstancias. Si usamos una prenda negra muy ajustada y sin ventilación, probablemente notemos más el calor. Pero si llevamos una prenda holgada y ligera, el aire puede circular por dentro. En ese caso, el tejido negro absorbe el calor que emite nuestro propio cuerpo y, gracias a la convección (es decir, al movimiento del aire), ese calor se disipa con mayor eficacia.

Tejidos y cortes: la otra mitad de la ecuación

Además del color, es fundamental tener en cuenta los tejidos. No es lo mismo llevar una camiseta negra de algodón grueso que una túnica negra de lino o un vestido de viscosa. Las fibras naturales y transpirables, como el lino o el algodón fino, permiten una mejor circulación del aire, lo que puede contrarrestar el efecto del color oscuro.

Por otra parte, también influye el diseño de la prenda. Las prendas holgadas facilitan la ventilación, mientras que las ajustadas tienden a atrapar el calor. Así que, más allá del color, lo importante es cómo se comporta esa prenda con tu cuerpo y en tu entorno.

En definitiva, no hay una única respuesta válida para todos los casos. Si vas a estar bajo el sol directo, sin viento y con ropa ajustada, probablemente el blanco te ayude a estar más fresco. Pero si optas por ropa negra amplia, ligera y hay algo de brisa, puede que incluso te beneficie más. La clave está en adaptar la ropa al contexto.

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