Con indignación. Así han recibido los vecinos de Villarrosa, en Isla Margarita, a Nicolás Maduro. La población, que sufre graves problemas de abastecimiento, aprovechó la ocasión de tener cerca al presidente venezolano para expresarle su rabia con una sonora cacerolada.
La tensión fue en aumento, y de tal manera que Maduro tuvo que huir a la carrera. Es una muestra más del descontento de los venezolanos, apenas veinticuatro horas después de la multitudinaria protesta organizada por la oposición en Caracas.
El incidente tuvo, no obstantem consecuencias. Al menos 30 personas fueron detenidas en Margarita, según la ONG Foro Penal Venezolano (FPV). "A esta hora hay más de 30 detenidos por SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) en Nueva Esparta. Como resultado de incidente en #VillaRosa", informó el director ejecutivo del FPV en un mensaje en la red social Twitter.
"El Pueblo te aborrece @nicolasmaduro Ni que mandes a atropellar o meter presa a la gente pudiste (sic)", expresó el excandidato presidencial y actual gobernador del céntrico estado Miranda, Henrique Capriles, en la misma red social junto a un vídeo de lo ocurrido. "Ya lo habíamos dicho, Maduro no visita ninguna comunidad en años, la gente lo aborrece y anoche se lo dejaron clarito con el cacerolazo", indicó en otro mensaje.
Mientras, el Gobierno bolivariano insiste en el peligro inminente de un golpe de Estado. El ministro de Justicia incluso ha comparecido con un arsenal supuestamente incautado a la oposición. "Armas sumamente peligrosas, lo que nos lleva a presumir, de acuerdo a las investigaciones que se adelantan, que iba a ser utilizado para asesinatos selectivos", ha afirmado. Según el ministro, el objetivo era crear el caos en la masiva manifestación del pasado 1 de septiembre.
