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LAS CIFRAS EN MUCHOS PAÍSES DESARROLLADOS SON ALARMANTES

Rusia y Japón, ejemplo de cómo combatir la baja natalidad y sostener el sistema

La población envejece y lo que más preocupa es el futuro del sistema de pensiones porque no hay trabajadores para mantenerlo. Para muchos expertos, la solución es abrir la puerta a los inmigrantes pero esto choca con la política de cierre de fronteras que se extiende por Europa y EEUU.

El Fondo Monetario Internacional ha advertido a Estados Unidos y otros muchos países desarrollados de que necesitan mano de obra extranjera para mantener la economía a largo plazo.

Preocupa especialmente el sistema de pensiones porque la población envejece y no hay trabajadores para mantenerlo. La natalidad en estos lugares ha caído a la mitad en los últimos 70 años. En 1950, una mujer tenía una media de 4.7 hijos a lo largo de su vida. Ahora, sólo 2.4. Esa es la cifra a nivel mundial, pero en los países mediterráneos es mucho más preocupante. En España es solo de 1.31 hijos por mujer.

La solución para muchos expertos es abrir la puerta a los inmigrantes, como ha hecho Rusia. Con solo un 5,6% de paro, Putin ha renovado un programa para atraer trabajadores de las antiguas repúblicas soviéticas, que hablan ruso.

En Japón, que tiene una de las tasas de paro más bajas del mundo y hasta ahora han sido muy reacios a recibir extranjeros, pretenden acoger a más de medio millón de aquí a 2025.

En cambio, en Europa, el gobierno ultraconservador de Hungría no quiere saber nada de la inmigración. Apuestan sólo por fomentar la natalidad nacional, con ayudas del Estado. Llegan incluso a conceder 32.000 euros a los matrimonios con más de 3 hijos.

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