Ya hacía tiempo que los Duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, mostraron sus intenciones de emancipación de la Casa Real. Por entonces, era a mediados de julio.
De qué vivirán a partir de ahora es precisamente uno de los asuntos que serán tratados este lunes en un encuentro familiar auspiciado por la reina.
Isabel II intentará evitar a toda costa una ruptura que daña a la institución y profundizará aún más en las divisiones de los Windsor.
La reina de Inglaterra ha convocado a los principales miembros de su familia para afrontar una de las peores crisis que enfrenta la corona en los últimos años, la retirada de los Duques de Sussex.
Quizá sea él, el príncipe Guillermo, el principal damnificado del último culebrón que viven los Windsor. "Toda nuestra vida he arropado a mi hermano, pero ya no puedo más", confesó su hermano con uno de sus amigos.
La unión de los dos hermanos que parecía inquebrantable tras la muerte de su madre se ha resentido tras la decisión de Harry de mudarse a Norteamérica. Pero no sólo él.
Su padre y su abuela, están conmocionados por una noticia de la que fueron informados tan sólo 10 minutos antes de hacerse pública.
El lunes, Isabel II, ha convocado a todos ellos en el Castillo de Sandringham en un último intento para que su nieto favorito recapacite. Meghan no asistirá al cónclave familiar aunque estará presente por vía telefónica.
