Sonny, una de las primeras veces que sonríe en dos años

Publicidad

SÓLO OTROS 25 NIÑOS EN EL MUNDO LO SUFREN

Un niño con un síndrome genético raro consigue volver a sonreír tras 'olvidar' cómo se hacía gracias a una dieta basada en sólo leche

El pequeño ha sufrido tantos ataques y convulsiones que se quedó incapaz de gatear, comer, reír y sonreír. Tras esta dieta, que ha disminuido un 70% los ataques en un año, la función neuronal que apuntala la capacidad para sonreír se ha restaurado.

Sonny Little es un niño de 4 años que tiene un síndrome genético raro que solo sufren oros 25 niños en todo el mundo, llamado 2Q24.3, y que consiste en que su cromosoma 46, uno de los más importantes para el desarrollo, está incompleto. Él pequeño comenzó a sufrir ataques cuando tenía tres meses, que se llegaron a hacer tan frecuentes hasta llegar a la cantidad de 30 diarios. Después de un ataque que duró 14 minutos en 2014, Sonny se quedó incapaz de gatear, comer, reír y sonreír.

Entonces, fue remitido a Victoria Bittle, una dietista en el Hospital de Niños de Bristol, que comenzó hace un año a administrarle una dieta especial basada solo en leche. Con alimentación artificial, ha estado tomando todos los días 200 mililitros de leche cada cuatro horas y el resultado ha sido que los ataques prácticamente han parado y ha aprendido a sonreír de nuevo.

Kelly, la madre del pequeño, explica que esto les ha dado un poco de esperanza porque cuando nació "todo era perfecto", pero luego empezó a torcerse, según recoge 'The Sun': "Lo perdió todo, su desarrollo se atrofió y ha sido devastador para mí y mi pareja". "La mejora desde que comenzó el nuevo la dieta ha sido absolutamente enorme", explica el padre, que añade: "Ahora me sonríe y es absolutamente increíble".

Peta Sharples, consultora neuróloga pediátrica en el mismo hospital explica que Sonny se olvidó de sonreír porque las vías de señalización en el cerebro que normalmente apuntalan su capacidad para hacer este gesto estaban siendo interrumpidas por las descargas de las frecuentes convulsiones. Cuando los niños desarrollan un trastorno convulsivo grave, como Sonny, a veces retroceden y pierden habilidades que habían adquirido previamente.

“Creemos que esto ocurre como resultado de las descargas eléctricas anormales asociadas con las convulsiones que interfieren con el funcionamiento del cerebro, incluyendo la memoria", explica la experta. Desde que el pequeño comenzó con su nueva dieta, los ataques han disminuido un 70% y no ha tenido que ser hospitalizado.

Publicidad