Indonesia

Una niña superviviente del terremoto en Indonesia: "Una pared se cayó sobre mí"

El terremoto, de 5,6 grados, ha provocado la muerte de al menos 260 personas. Muchas de las víctimas, explican las autoridades, son niños.

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En la tarde de este lunes, alrededor de las 13:20 horas, un fuerte terremoto sacudía al completo la isla de Java, en Indonesia. Varios edificios se venían abajo y provocaban, al menos, la muerte de 260 personas, muchas de ellas menores de edad.

Según han explicado las autoridades locales, mucha de las víctimas son niños: en el momento del temblor, se encontraban recibiendo clase en el interior de los centros educativos.

Una niña de tan solo 3 años, superviviente de este terrible terremoto de 5,6 grados, ha relatado cómo se vivió el momento en el interior de las aulas. "Una pared se cayó sobre mí, estaba sola bajo los escombros. Había maestros alrededor", explica con la cara magullada.

Por el momento no se descartan más víctimas mortales. 24 horas después del suceso, los equipos de rescaten continúan con las labores de búsqueda de decenas de desaparecidos. Destacan la falta de medios como tractores y subrayan la dificultad de trabajar sin agua potable y sin suministro eléctrico.

Asimismo, explican las autoridades indonesias, alrededor de un millar de ciudadanos han resultado heridos y han precisado de asistencia sanitaria.

Más de 140 colegios dañados

Como consecuencia de este terremoto, la estructura de más de 140 colegios ha quedado dañada en el epicentro, en la ciudad de Cianjur, a 100 kilómetros de Yakarta.

Asimismo, las montañas de barro han sepultado barrios enteros y bajo ellas podrían encontrarse decenas de cadáveres.

"Cuando llegué aquí no quedaba nada. Todo estaba enterrado bajo tierra", cuenta otro superviviente de 45 años que ha caminado 20 kilómetros buscando a su propia familia. "Seis de mis familiares siguen desaparecidos, tres adultos y tres niños".

Por su parte, tras este terremoto que ha sacudido Indonesia y mantiene aún réplicas, 60.000 personas han tenido que abandonar sus viviendas para ser trasladadas a campamentos, donde continúan a la espera de conocer noticias sobre sus familiares.

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