Afganistán

Las mujeres afganas salen a las calles de Afganistán para reivindicar sus derechos a los talibanes

Algunas mujeres afganas tienen muy claro que van a luchar por sus derechos aunque eso les pueda costar graves represalias. Para otras, en cambio, el temor por su vida es tal que no se atreven a salir de sus casas ni para comprar un burka.

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Miedo, temor y desesperación. Las mujeres afganas se ven obligadas a lidiar con estos tres sentimientos desde la toma de poder de los talibán en Afganistán. Ante la situación, las imágenes que llegan desde diferentes zonas del país son bien distintas: en ciudades como Herat decenas de mujeres afganas se manifiestan a las puertas de la oficina del gobernador. Ellas salen a la calle para reivindicar sus derechos y sus libertades en nombre de otras tantas que, como en Kabul, tienen tanto miedo a las represalias del nuevo régimen que no quieren salir de sus casas.

Tal y como está la situación en Afganistán, salir a las calles en nombre de los derechos de las mujeres puede puede acarrear terribles consecuencias. Aún con ello, varias mujeres afganas han decidido enfrentarse a los talibanes para reclamar su participación en el nuevo Gobierno talibán después de que un alto responsable de los talibanes dijera este jueves que, aunque se contaría con ellas en la sociedad, no habría un hueco para que pudiesen trabajar ni en el Ejecutivo ni en cargos de responsabilidad.

En casa por miedo a ser reconocidas

Al grito de "no tengáis miedo, estamos todas juntas" y al de "ningún Gobierno puede sobrevivir sin el apoyo de las mujeres", animan a otras mujeres afganas a que luchen junto a ellas. Una situación que se complica en otros puntos del país, como en la capital afgana Kabul.

Allí el temor es tal que muchas ni si quiera se plantean seguir con su rutina ni salir de sus casas. Las amenazas de muerte, los atentados en el aeropuerto de Kabul y los asesinatos desde la toma de poder de los talibanes han atemorizado a la sociedad.

La venta del burka se dispara

De hecho las mujeres afganas no quieren, si quiera, salir a comprar un burka. Varios negocios de la zona han decidido ofrecer un servicio a domicilio para hacérselo llegar: "Lo vendemos online o en nuestra página de Facebook y luego un motorista se lo lleva a casa". Algo que, desgraciadamente, cada vez más mujeres optan por comprar para evitar ser reconocidas por los talibanes. Como consecuencia, el precio de esta prenda se ha disparado.

Si antes un burka costaba unos 500 afganis (3,8 euros aproximadamente), desde que los talibanes han tomado la ciudad el precio se ha incrementado hasta los 2.500 afganis (unos 18 euros). Muchas familias no pueden hacer frente a estos gastos y tienen miedo de no conseguir lo que ahora se ha convertido en un método de seguridad para las mujeres afganas.

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