Libia

Manifestantes libios incendian el Parlamento para exigir su disolución y la celebración de elecciones

Un grupo de manifestantes ha incendiado el Parlamento de Libia para pedir su disolución y la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias antes de final de año. La ONU ha calificado el asalto de inaceptable.

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Un grupo de manifestantes ha irrumpido este sábado en el Parlamento de Libia, con sede en Tobruk, tras romper la puerta de entrada y provocó varios fuegos en las inmediaciones y dentro de la institución. Además, se han producido cortes de electricidad y de las telecomunicaciones en el área, en una acción que agrava la crisis política que vive el país con esta institución enfrentada al Gobierno de Unidad Nacional (GUN) de Trípoli.

Jóvenes libios también salieron a las calles de la capital con chalecos amarillos y frente al Consejo Municipal de Benghasi, en el este, donde exigieron la celebración de elecciones.

En la ciudad central de Sirte, los manifestantes bloquearon la carretera e incendiaron neumáticos, y se registraron sucesivas protestas en varias áreas del país para pedir el fin de la etapa de transición y el derrocamiento de los gobiernos.

Nuevas elecciones

El presidente de la Cámara, Aquila Saleh, mantuvo hasta ayer jueves negociaciones en Ginebra, auspiciadas por la ONU, con su rival Jaled al Meshri, líder del Alto Consejo de Estado (pro GUN), para consensuar un marco constitucional que permita celebrar elecciones que pongan fin a la nueva división política.

En febrero, el Parlamento designó a Fathi Bashaga como primer ministro paralelo a Abdulhamid Dbeiba, del (GUN) con sede en Trípoli, que ha vuelto a bloquear el proceso político en Libia.

Desde entonces, diferentes grupos armados y manifestantes apoyan a uno u otro Ejecutivo con el temor a un nueva deriva bélica. El parlamentario, Ziad Daghim, llamó a sus compañeros y a los miembros del Alto Consejo de Estado a "presentar una renuncia colectiva por respeto a la voluntad del pueblo y la estabilidad de Libia".

La diputada, Rabia Aburas, consideró que los conflictos de legitimidad entre las instituciones y las diferentes políticas de gestión del Estado "contribuyeron más a su permanencia en el poder que a la transición pacífica".

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