Cónclave

Esta es la pena medicinal que recibirán los cardenales si rompen el juramento

Los 133 cardenales que participan en el cónclave juraron no revelar ningún tipo de información de lo que ocurra en el interior de la Capilla Sixtina.

Sellan la habitación del papa Francisco

Sellan la habitación del papa FranciscoEFE

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Las puertas de la Capilla Sixtina se cerraron el miércoles a las 17:46 horas. Desde entonces los 133 cardenales electos se encuentran encerrados para debatir sus opiniones para elegir al próximo sucesor de la Iglesia Católica. Solamente abandonan el lugar para dirigirse a la Casa Santa Marta para comer y dormir.

En la ceremonia previa al cónclave pudimos observar como cada uno de los cardenales prestaba juramento de confidencialidad. Haciendo una fila se posicionaban uno a uno sobre el atril pronunciando: "Y yo, (nombre del cardinal) prometo, me obligo y juro". A continuación ponían la mano sobre los Evangelios: "Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano".

¿Qué es lo que prohíbe el juramento?

El que incumpla el juramento será castigado con la excomunión automática. No pueden revelar ningún tipo de información que acontezca en el cónclave sino será expulsado, considerándose una pena medicinal. Los cardenales además de descansar y alimentarse en Santa Marta, también se reúnen, comparten opiniones y comentan las votaciones. Tanto los purpurados como el personal que se encarga de la limpieza y manutención de la residencia han prestado juramento.

Para evitar que nadie pueda observar lo que ocurre dentro de las instalaciones, las personas de las ventanas de Santa Marta permanecen cerradas bajo llave, para que ni lo que se encuentran fuera como los cardenales puedan ver.

El documento determina que "se prohíbe en particular a los cardenales electores revelar a sus eventuales servidores o a cualquier otra persona noticias que directa o indirectamente se relacionan con las votaciones, así como lo que se ha tratado o decidido sobre la elección del Pontífice en las Congregaciones de cardenales, bien sea antes, bien durante el Cónclave. Asimismo, los ayudantes del cónclave están obligados a evitar atentamente todo lo que de algún modo podría violar directa o indirectamente el secreto, como palabras, escritos, signos o cualquier otra cosa, bajo pena de excomunión latae sententiae, reservada a la Sede Apostólica".

Las dos primeras fumatas: negras

Casi a las 18 horas empezaba el cónclave con la primer veredicto de los cardenales. Se esperaba que la primera fumata se produjese sobre las 19:00 horas, sin embargo fue bastante tardía. Como era de esperar el humo expulsado por la chimenea del Vaticano fue negro, dando lugar a este jueves a una nueva jornada de cónclave.

Un poco antes de las doce del mediodía volvía a salir humo de la chimenea. Ha vuelto a ser negro, y hasta esta tarde no sabremos cual será el tercer resultado de las reuniones de los 133 purpurados para elegir al próximo sucesor del papa Francisco.

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