Las inundaciones que están afectando a China en los últimos días dejan desoladores paisajes de destrucción. Pero también, irónicamente, alguna sorpresa que se ha convertido en escenario de visitas.
Es la cascada de Hukou del río Amarillo, el el noroeste de la provincia china de Shaanxi. Lo que era una cascada que apenas llevaba agua se ha convertido en una espectacular corriente con rugidos atronadores.
Los puentes que hay en la zona y las enormes rocas, que generalmente están al aire, están ahora cubiertas por ingentes cantidades de agua.
Más de 3.000 metros cúbicos por segundo de agua están fluyendo en las cascadas. Un espectáculo efímero que los vecinos de la zona aprovechan para contemplar.