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Las extremas medidas de seguridad de la cumbre en Ginebra entre Joe Biden y Vladimir Putin

El presidente estadounidense y su homólogo ruso acaparan este miércoles la atención de todo el mundo, en un encuentro marcado por el recelo, las medidas de seguridad y el pragmatismo. Biden tildó de "asesino" a Putin hace solo unos meses, tras el caso Navalny.

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La gran cita de la gira europea del presidente estadounidense Joe Biden llega este miércoles: su encuentro en Ginebra con Vladimir Putin, de quien dijo hace no mucho, en el marco del caso Alexéi Navalny, que era "un asesino", a lo que el mandatario ruso respondió deseándole "mucha salud y una larga vida".

Precisamente en una calle de Ginebra luce un mural con la cara del opositor ruso junto al mensaje (en francés): "El héroe de nuestro tiempo".

La cumbre, en cifras

Para el encuentro de ambos mandatarios, las autoridades han establecido un perímetro de seguridad de 42 kilómetros, que incluyen dos kilómetros de alambradas, 4.000 efectivos de seguridad (3.000 policías y 1.000 militares).

Ginebra, de hecho, vive un despliegue de seguridad insólito para una ciudad de 200.000 habitantes.

Ambos presidentes no esperan de esta reunión una mejora de las relaciones entre ambos países. Biden dijo en la cumbre de la OTAN celebrada en Bruselas que era necesario elevar el tono "contra los regímenes autoritarios", en clara alusión a Moscú.

Cinco horas de reunión

Está previsto que el encuentro dure unas cinco horas. Biden llegó martes a la ciudad suiza, donde, al ser preguntado si está preparado para la cumbre de mañana con Putin, ha respondido: "Siempre estoy listo".

Putin, por su parte, ha llegado esta mañana en un vuelo directo desde Moscú. El presidente ruso encara esta cumbre sin ilusiones acerca de una posible mejora de las relaciones, pero decidido a apostar por el pragmatismo y abierto a cooperar en áreas como la estabilidad estratégica y la ciberseguridad.

"No espero grandes avances", dijo Putin hace unos días en ese sentido, añadiendo que las relaciones entre Washington y Moscú "están en su punto más bajo en décadas".

El presidente ruso espera de la cita del miércoles, no obstante, restaurar "los contactos personales, el diálogo directo y crear mecanismos funcionales en áreas de interés mutuo".