Cónclave

Conocemos los secretos del Vaticano durante el cónclave: de las ventanas tapiadas a la dieta estricta

Con las ventanas tapiadas y a base de una dieta estricta, son algunas de las normativas que deben seguir los cardenales durante su aislamiento.

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Empieza la cuenta atrás para uno de los eventos más importantes y trascendentales para la Iglesia Católica, y el mundo; conocer el nombre del sucesor del papa Francisco. Fernando Chomalí, el cardenal chileno es uno de los más de 130 cardenales que está en la residencia de Santa Marta para iniciar este proceso. En sus redes sociales ha publicado un video mientras lava a mano la camisa blanca que lucirá. Un perfil muy activo, y que supone un punto de modernidad en un cónclave marcado por la tradición.

Entre las curiosidades que se esconden dentro de las paredes de Santa Marta destaca la incomunicación durante varios días con el exterior. Para ello, las habitaciones no las eligen los cardenales, sino que son por sorteo. Se trata de una estancia sin vistas, es decir, las ventanas están tapiadas por seguridad. Conviven entre ellos, pero sin acceso a móviles, ni internet. Cualquier filtración de información puede llevar a la excomunión.

Respecto a los detalles sobre qué van a comer durante el cónclave, conocemos que será una dieta de carne blanca, o pescado, y verduras procedente de los huertos del Vaticano, con el fin de evitar digestiones pesadas. Quedan prohibido los fritos, y muchos menos de espárragos, por el supuesto contenido de azufre que contiene este alimento. Entre los alimentos que sí pueden degustar está la pasta con mantequilla y parmesano, también el vino, de manera no ilimitada.

Son unas medidas estrictitas que aseguran la confidencialidad y solemnidad del proceso de elección papal. Esta cónclave reúne a 133 cardenales, de 71 países y con realidades muy distintas. El elevado número de electores y de países complica la elección. Las votaciones se realizan dos veces al día, una por la mañana y otra por la tarde. En cada sesión, los cardenales votan en secreto. Si ninguno alcanza los dos tercios necesarios, el proceso continúa. La fumata blanca anuncia la elección del papa. La negra significa que no hay acuerdo. Y es a través de esta chimenea donde el mundo observa, esperando esa señal que marcará el comienzo de un nuevo pontificado

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