Migración
Bruselas pagará 210 millones de euros a Mauritania para frenar la salida de cayucos
La Unión Europea sella un acuerdo millonario con Mauritania para reducir la migración irregular hacia Europa.
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El acuerdo es el último de una serie de esfuerzos de la Unión Europea para cooperar con los países africanos y tomar medidas drásticas contra la inmigración. Sigue el modelo de un controvertido acuerdo con Túnez que Bruselas firmó el año pasado y que generó una condena generalizada por vulnerar los derechos humanos.
Mauritania es clave en la ruta canaria a España y puerta de entrada a Europa. De sus costas salieron el 83% de los migrante en los últimos tres meses. La salida masiva de cayucos desde Mauritania hacia Canarias ha situado a este país africano en el epicentro de la preocupación de las autoridades españolas. Para solucionarlo han ejercido presión ante la Unión Europea para que destine más fondos a un Estado sumido en una crisis de refugiados por la desestabilización del vecino Malí.
La mayoría de los migrantes que llegaban al archipiélago canario procedían de Senegal, pero el control migratorio y la llegada del invierno que complica el viaje desde las costas senegalesas provocaron un descenso de la salida de cayucos. Pero enseguida se abrió otro frente. Mauritania.
Este país se enfrenta a su propia crisis de refugiados. La inestabilidad del Sahel y el recrudecimiento de la violencia en el norte y centro de Malí, donde se ha reactivado el conflicto con los independentistas tuaregs, han provocado un incremento sin precedentes de refugiados procedentes de este país.
El campo de Mbera, cerca de la frontera, ronda ya las 100.000 personas, muy por encima de su capacidad, y se calcula que en los últimos meses han llegado entre 50.000 y 60.000 personas al país huyendo de la guerra. Mauritania acoge a unos 150.000 refugiados y solicitantes de asilo.
La cooperación con Mauritania involucra a Frontex, la agencia fronteriza de la UE. Puede incluir el despliegue de guardias fronterizos de la UE en África. La UE también está negociando con Egipto y se espera que la Presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen y otros líderes europeosfirmen un acuerdo sobre inmigración en las próximas semanas durante un viaje a El Cairo.
Varias ONGS denuncian que acuerdos como el de Túnez frena la salida de inmigrantes del país, pero no se respetan los derechos humanos. Expulsan a los migrantes al desierto.
Túnez, principal punto de salida de las decenas de miles de migrantes que llegaron a Italia el año pasado, también recibió la visita de Von der Leyen acompañada de Giorgia Meloni, la primera ministra italiana. Tras el viaje se anunció un paquete de 1.000 millones de euros para la recuperación financiera del país. Una partida de 150 millones es exclusivamente para la inmigración. Todo a cambio de que las autoridades de Túnez controlen más sus costas.
La política migratoria europea ha apostado por financiar a países de origen y tránsito para delegar en ellos el control de fronteras lo más lejos posible de territorio europeo. El pacto milmillonario con Turquía, tras la llamada crisis de los refugiados de 2015, inauguró una forma de gestionar los flujos migratorios que riega de millones a Libia, Marruecos o Túnez.
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