Suceso

La advertencia de una mujer después de que su hijo luchase por su vida al tragarse una pila: "Tosía trozos negros"

La mujer pide a los demás padres y madres que "tengan cuidado con las pilas de botón".

Imagen de archivo de varias pilas

Imagen de archivo de varias pilasPixabay

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Un niño quedó "tosiendo trozos negros" y después luchó por su vida al tragarse una pila de botón de un control remoto. La pila se quedó en la garganta de Asa Allen, de 16 meses, cuando jugaba con sus dos hermanos.

La madre del pequeño, Kasey Allen de 32 años, había viajado a Texas, Estados Unidos, para visitar a su marido y se encontraba limpiando la autocaravana en el momento de los hechos. La mujer encontró el control remoto de la cámara en el suelo y media hora después notó a su hijo sonrojado, tosiendo y babeando.

Al momento pensó que estaba cansado. Sin embargo, notó que cuando se despertó parecía peor y comenzó a "toser trozos negros". Preocupada, la madre llamó a una amiga enfermera que la instó a llevar rápidamente a Asa al hospital.

En el centro de salud le hicieron una radiografía que reveló que tenía una pila de botón alojada cerca de la clavícula. Seguidamente fue trasladado al Hospital Infantil de Texas en Houston, donde le extrajeron la batería del esófago unas nueve horas después de que la tragara, antes de ponerlo en un respirador durante seis días.

Ahora, Kasey comparte lo que le sucedió a su hijo como advertencia a otros padres. "Entré y salí, pero nunca lo vi coger el mando. Luego lo vi tirado en el suelo, hecho pedazos", explican a 'The Sun'. "No sé exactamente cuándo se lo tragó, pero fueron unos 30 minutos después de encontrar el control remoto cuando comenzaron sus síntomas", ha añadido.

La mujer describe a su hijo como "realmente enrojecido y fatigado" y añadió que "había comenzado a toser mucho y a salivar". Kasey dejó a Asa "cansado" a dormir la siesta, pero se llevó el susto de su vida cuando se despertó. "Sus síntomas empeoraron", dijo. "Empezó a toser trozos negros del recubrimiento de la batería y pensé: 'Dios mío, se le están saliendo las entrañas, algo anda mal'".

Después de la operación "fue muy aterrados para mí verlo porque parecía muerto". "No se movía y tenía mil tubos dentro", recuerda.

Asa tuvo que hacer "mucha fisioterapia" y aprender a tragar y masticar nuevamente debido al daño causado por la batería de botón. En noviembre, el pequeño se sometió a una cirugía reconstructiva del esófago y estuvo hospitalizado durante cinco semanas debido a una fuga del órgano. Un año y medio después de su terrible experiencia, Asa está completamente curado y puede volver a comer.

La mujer pide a los demás padres y madres que "tengan cuidado con las pilas de botón". "Ya no los tengo en mi casa". "Asegúrate de que todo esté bien atornillado si algo lo tiene. No quiero que lo que le pasó a Asa le pase a otro niño", pide.

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