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ES SU ÚLTIMA CUMBRE CON LOS JEFES DE ESTADO DE LATINOAMÉRICA

Zapatero abandera en Asunción que el Estado sea el garante de la igualdad

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, acude a la cumbre iberoamericana de Asunción con la intención de abanderar la defensa del papel del Estado como garante de la igualdad.

Después de que el pasado año el presidente del Gobierno no pudiera estar presente en la cumbre de Mar del Plata, en esta ocasión la representación española será al máximo nivel, ya que cuenta, además de con el presidente del Gobierno, con los Reyes de España, un compromiso que contrasta con las destacadas ausencias ya confirmadas en Asunción.

De hecho, no van a acudir los presidentes de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Venezuela, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Uruguay y Venezuela. España lamenta esas ausencias, aunque rechaza interpretar que sean consecuencia de dificultades en las relaciones bilaterales de Paraguay con países de su entorno, como con los que conforma Mercosur: Argentina, Brasil y Uruguay.

El embajador español en Asunción, Juan Fernández Trigo, considera triste que la primera vez que Paraguay organiza una cita de estas características falten muchos de los principales gobernantes. No obstante, recalca que los ausentes han expuesto las razones por las que no acuden y no cree que las tiranteces bilaterales hayan influido.

Está convencido de que, de cualquier forma, ésta es una oportunidad de oro para que Paraguay, el único país de Latinoamérica que no tiene conexión de vuelo directo con Europa o Estados Unidos, se promocione y atraiga inversiones. La cumbre tiene como lema la "Transformación del Estado y desarrollo" y, en ese marco, Zapatero, defiende la importancia del papel del Estado como garante de la igualdad.

Para el presidente del Gobierno, se trata de una necesidad imperiosa que debe marcar el desarrollo de las políticas públicas, opinión con la que coincide el embajador español al recordar la desigualdad que pervive en muchos países latinoamericanos. "El Estado hace falta y hace más falta donde más débil es la gente", ha manifestado el diplomático.

Zapatero pondrá sobre la mesa el hecho de que la falta de regulación, supervisión y control por parte del Estado ha sido una de las causas de la crisis financiera y económica internacional. La evolución de estas crisis será debatida por los asistentes a la cumbre, que escucharán de boca de Zapatero los acuerdos económicos adoptados en Bruselas por el Consejo Europeo.

Latinoamérica ha esquivado hasta ahora la crisis, algo que el embajador Fernández Trigo atribuye en buena parte a los elevados precios de las materias primas, y pone como ejemplo los beneficios que ha supuesto para Paraguay el incremento del pago por la soja y la carne.

Pero los precios internacionales son un mecanismo de riqueza volátil, y, advierte, es necesario consolidar un modelo de crecimiento sostenible y abordar reformas fiscales que pueden contribuir al objetivo de que el Estado combata las desigualdades.

En esta cumbre España no hará nuevos anuncios de programas de cooperación con Latinoamérica, una región con la que el Gobierno subraya que sigue manteniendo un compromiso total de ayuda. Al igual que destaca el respaldo claro de España a las cumbres iberoamericanas allá donde se celebren.

En esta ocasión, el país ha estado representado al máximo nivel en todas las reuniones sectoriales preparatorias, en las que han participado desde el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, y los ministros de Cultura, Ángeles González Sinde, y Educación, Ángel Gabilondo; hasta el presidente del Congreso, José Bono, y el del Senado, Javier Rojo.

Zapatero asiste a la cumbre tras el reciente anuncio de ETA de "un cese definitivo de la actividad armada", un asunto que sin duda estará en las conversaciones que mantengan en Asunción tanto él como el Rey.

El embajador en Paraguay constata que ha habido un sentimiento de alivio y de alegría en este país y en el resto de la región tras ese comunicado. En parte, según explica, porque lo ven en cierto modo como una esperanza de que también acabe la violencia que sufren por parte de otros grupos armados y guerrilleros en Latinoamérica.

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