Moncloa considera que Jordi Turull, exportavoz del Govern con Carles Puigdemont, tiene encima la "espada de Damocles" porque tiene una causa pendiente con la justicia. Eso sí, admiten que, pese a estar en libertad bajo fianza, mantiene sus derechos políticos y puede ir a la investidura, pero estarán "vigilantes", según fuentes del Ejecutivo.
La candidatura a la investidura de Jordi Turull se abre paso después de que el hasta candidato de JxCat a la Presidencia de la Generalitat, Jordi Sànchez, declarase este martes ante el Tribunal Supremo que está dispuesto a renunciar a su escaño e incluso a dejar la política para salir en libertad.
El presidente del Parlament, Roger Torrent ha anunciado una nueva ronda de consultas que comienza este jueves. A diferencia de sus antecesores, Jordi Sànchez y Carles Puigdemont, Turull no tendría problemas para ser investido porque no está ni en la cárcel ni en Bélgica, pero sí para tener un mandato completo ya que está siendo investigado por el juez del Supremo que instruye la causa contra el proceso independentista.
Por eso, en el Gobierno admiten que Turull es un candidato "limitado" por su situación judicial, dado que está imputado. Sin embargo, asumen que no pueden evitar que se convierta en el próximo presidente de la Generalitat si consigue los votos en el Parlamento catalán al tener intactos en este momento sus derechos políticos. "No podemos ver a Turull ni bien ni mal", admiten en Moncloa, donde señalan que el Gobierno de Mariano Rajoy ahora se dedica a gestionar la Generalitat pero tiene que respetar las decisiones del Parlamento de Cataluña "mientras se cumpla la ley".
En este sentido, fuentes del Ejecutivo avanzan que estarán "vigilantes" ante los pasos que se vayan dando: "Turull tiene la espada de Damocles porque está en libertad provisional", insisten desde el Gobierno de Mariano Rajoy.