Justicia

El Gobierno acerca al País Vasco a 11 etarras, varios con delitos de sangre y una dirigente de ETA

El Ministerio del Interior acerca a otros 11 etarras al País Vasco. Uno de ellos, autor de tres muertes, asesinó a una niña, y otra es Iratxe Sorzábal, una de las últimas dirigentes de ETA, detenida en 2015.

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El Ministerio del Interior ha dado su visto bueno al acercamiento de otros 11 etarras a cárceles del País Vasco. La decisión ha venido comunicada oficialmente por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, comunicando un traslado que incluye a algunos condenados por delitos de sangre, y también a Iratxe Sorzábal, una de las últimas líderes de ETA, que fue detenida en Francia el pasado 22 de septiembre de 2015 junto a su compañero David Pla, también entonces dirigente de la banda terrorista.

Otro de los condenados es Andoni Otegi Eraso, conocido como 'Iosu', que está condenado en sentencia firme por ser uno de los autores intelectuales que colocó una bomba en Santa Pola en el año 2002, y que acabó con la vida de dos personas, incluida la de la niña Silvia Martínez Santiago, que, con tan solo seis años, perdió la vida. Este es uno de los atentados más recordados en la historia de la banda terrorista, que todavía sigue siendo investigado.

Los presos de ETA, casi todos al lado del País Vasco

Con este nuevo traslado, ya quedan tan solo unos pocos etarras que no están situados en cárceles cercanas al País Vasco. De entre los 11 etarras que van a ser trasladados el País Vasco, podemos encontrar también a Julen Atxurra Egurola, condenado por asesinar a un policía en el año 1986 y por ser uno de los coautores del secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, o Beñat Aguinagalde Ugartemendía, por dos asesinatos, incluido el de Isaías Carrasco en 2008.

Las asociaciones de víctimas del terrorismo arremeten contra estos acercamientos y lo consideran una absoluta humillación para las víctimas del terrorismo. Durante su casi medio siglo de historia, ETA mató a más de 850 personas, víctimas de las cuales hay al menos un tercio cuyos asesinos no han sido identificados. Las familias siguen pidiendo justicia, y los leales a la izquierda abertzale piden pasar página sin que los asesinos rindan cuentas.

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