En su opinión, la corriente surgida contra este dispositivo puede ser "un movimiento intencionado y organizado" de desprestigio por parte de las compañías que venden productos para dejar de fumar. "Productos que, además y curiosamente, tienen posibles efectos secundarios mucho más peligrosos que los componentes utilizados en los cigarrillos electrónicos", señala a Europa Press, no sin antes lamentar que, "si la campaña anti cigarrillo electrónico continua, la previsión es que cierre un 20 por ciento de las tiendas".
"Creemos que es una muy mala noticia, tanto para aquellos que pueden encontrar en el cigarrillo electrónico una alternativa menos nociva que el tabaco, como para el sector en sí, que se configura como un importante generador de empleo en España, y una opción muy interesante de trabajo para personas que, tras perder su empleo a causa de la actual crisis, quieren optar por la vía del emprendimiento", afirma.
Concretamente, desde que se empezaron a lanzar las "noticias negativas y totalmente injustificadas" en estos últimos meses, a la caída de ventas se suma, añade, "el cierre de un 60 por ciento de las tiendas". Un reciente informe, mostraba que en España el sector empleaba a cierre de marzo de este año a 5.163 personas de manera directay a 6.548 personas de forma indirecta.
Para un mayor control del sector, y poder seguir creciendo, desde ANEV se propone de cara al futuro la creación de un registro de locales, porque "el e-cig debe comercializarse únicamente en establecimientos especializados"; lograr la regulación de la fabricación de los líquidos para su recarga; y establecer mecanismos para asegurar un exhaustivo control de la comercialización tanto de los dispositivos para vapear como de los líquidos para su relleno.