Mientras que España parece haberse colocado en el top ten de los países que con más fuerza están tomando la recuperación económica, los países latinoamericanos están viviendo una etapa de desaceleración que ya comenzó a vislumbrarse en 2013. Durante el año pasado, este 'frenazo' ya se hizo patente tras crecer un promedio de entre un 1,1% y un 1,4% según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Latinoamérica, que avanzará cerca de un 2,5% durante este año, sigue a la expectativa de lo que ocurra con las materias primas, ya que en función del precio del petróleo se podría recortar el gasto y la inversión en los países productores de crudo, como Brasil, México, Colombia o Venezuela. Pero más allá de las medias o de las estimaciones, hay países que van a comportarse mucho mejor de lo esperado en la región. Entre estas regiones destaca Chile, que forma parte de la Alianza del Pacífico junto a México, Perú y Colombia.
En cambio, detrás de la pujanza económica de Chile hay muchos claroscuros. El país vivió en 2014 un año de cambios tras la vuelta de la socialista Michelle Bachelet al poder, cambios en el sistema educativo y varias reformas centradas en el mercado laboral y tributario, ambas con bastantes reticencias por parte del tejido empresarial. Además, las sospechas de corrupción han obligado a su presidenta a cambiar a todos los miembros de su Gobierno.
¿Crisis política?
Tan sólo un año después de llegar al Gobierno, Michelle Bachelet tiene que hacer frente a la cota de popularidad más baja desde la vuelta de la democracia ya que según la última encuesta del Centro de Estudios Públicos, realizada el 11 de mayo, el 64% de la población rechaza la gestión de Bachelet.
Por esta razón, tan sólo catorce meses después de haber iniciado su segundo mandato y tras una serie de escándalos relacionados con la financiación irregular de campañas políticas y un cuestionable manejo por parte del Ministerio del Interior de la crisis que involucraba al hijo de la presidenta (Caso CAVAL), anunciaba su nuevo gabinete.
En el Ministerio de Hacienda, Bachelet ha situado a Rodrigo Valdés Pulido, mientras que para el de Trabajo y Previsión Social ha situado a Ximena Rincón González. Luis Felipe Céspedes se hará cargo del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, mientras que la cartera de Interior y Seguridad Pública recae en Jorge Burgos Varela.