Cita previa

¿Es legal la cita previa? El argumento en contra de Diego Gómez, profesor de Derecho de la Universidad de Vigo

La normalidad ha vuelto después de la pandemia pero la cita previa permanece. Algunos expertos cuestionan que la citación previa esté amparada por la ley y opinan que prevalece el derecho al ciudadano a poder realizar las gestiones de forma presencial y sin demoras que eternicen los procesos.

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La imagen se repite en distintos escenarios. En las puertas de las oficinas de la Seguridad Social, del Registro Civil o en las oficinas de empleo, decenas de usuariosaguardan pacientemente su turno. Algunos han conseguido una cita previa después de semanas, otros tras intentarlo repetidamente por teléfono o por internet optan por presentarse físicamente para conseguir realizar los trámites.

La situación es desesperada para muchos ciudadanos. Hay parejas que quieren casarse y que citan en el registro para fechas muy posteriores a la boda o jubilados que ven cómo el cobro de su primera prestación se retrasa porque no consiguen ser atendidos. Tras la pandemia la cita previa se ha impuesto en la Administración Pública: El problema es que conseguir un cita se convierte en misión imposible, los teléfonos de atención no atienden, los trámites por internet son engorrosos o, sencillamente, hay que esperar meses para encontrar un fecha libre.

¿Es legal mantener la cita previa tras la pandemia?

¿Pero es legal mantener la cita previa tras la pandemia? Diego Gómez, abogado y profesor de derecho en la Universidad de Vigo, asegura que no hay ninguna ley que autorice a las administraciones a imponer al ciudadano la cita previa y que los derechos del ciudadano están por encima de los de la Administración, cuya obligación es ofrecer un servicio eficiente: "Yo llego a un registro y quiero presentar un documento o quiero hacer una gestión y puedo hacerlo porque no existe ninguna ley que me lo impida".

Gómez argumenta que la cita previa es contraria a derecho y reclama el restablecimiento de la atención presencial. Recuerda que la cita previa se impuso en lo público por una cuestión sanitaria durante la pandemia pero que esas circunstancias han desaparecido: "las normas excepcionales como son las pandémicas no se pueden aplicar a supuestos o fechas más allá de las que están previstas".

Las personas mayores se encuentran con un muro burocrático

El colapso de la cita previa afecta especialmente a las personas mayores, muchos de los cuales tienen menos soltura con los trámites telemáticos. La protesta de los colectivos de la tercera edad es que están siendo expulsado de la Administración y que, lejos de facilitar las gestiones, han erigido un muro burocrático difícil de sortear. Exigen una atención personal, como antes de la pandemia, que les permita realizar las gestiones.

Kepa Loizaga es portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios y reconoce que las quejas son continúas. No se resiga a que la cita previa haya llegado para quedarse: "La administración tiene que dar servicio, no puede obligarte a pasar horas en un teléfono hasta que te cojan o que debas tener una firma digital para pedir una cita". Desde la OCU creen que hay soluciones y que las distintas administraciones tienen que mover ficha: "Tendrán que habilitar otros sistemas, más personal y más horarios porque no se puede negar la atención presencial a un ciudadano."

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