Estrategia Farmacéutica

La Comisión Europea ultima la nueva estrategia farmacéutica con la que se dirá adiós a los prospectos

Entre los riesgos de los nuevos planteamientos de esta estrategia farmacéutica está que los colectivos más vulnerables o la población mayor se quede fuera.

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La Comisión Europea presentará en los próximos días la nueva revisión de la Estrategia Farmacéutica Europea con la que el organismo se busca "crear un marco regulador orientado al futuro y apoyar a la industria en la promoción de la investigación y las tecnologías, al mismo tiempo que se tratan las deficiencias del mercado".

Esta nueva estrategia contempla la eliminación de los prospectos en los medicamentos ya que los 4 pilares que sustentan esta modificación son:

  • Garantizar que los pacientes puedan acceder a medicamentos asequibles
  • Fomentar la competitividad, la innovación y la sostenibilidad de la industria farmacéutica
  • Mejorar los mecanismos de preparación y respuesta ante las crisis y las cadenas de suministro diversificadas y seguras y subsanar la escasez de medicamentos
  • Apostar por una voz firme de la UE en el mundo promoviendo unos altos estándares de calidad, eficacia y seguridad

La Comisión Europea avanzo al digital Redacción Médica que la fecha que se plantearon como límite para presentar la nueva revisión de la Estrategia Farmacéutica Europea era el 29 de marzo y tras ello habrá que debatirla tanto en el Consejo como en el Parlamento.

Se desconoce por tanto cuáles serán las medidas concretas, pero entre las informaciones que han trascendido se habla de digitalizar toda la información. Con este paso se quiere evitar problemas como los surgidos con la pandemia del coronavirus y las cadenas de suministros.

La idea pasaría por eliminar los tradicionales prospectos y sustituirlos por códigos QR en los que esté disponible toda la información sobre el medicamento para cada ciudadano. Las ventajas son evidentes, eliminar este documento simplifica el trabajo, mejora el problema de la escasez de papel y también pone fin a las trabas que surgen cuando por ejemplo hay falta de suministro de un medicamento en un determinado país pero no en otros de la UE pero por problemas de idioma este 'trasvase' no es tan inmediato como pudiese.

Sin embargo, también hay importantes desventajas y es que el ritmo de digitalización no es similar en todos los países de la UE y apostar todo a la digitalización puede provocar que la población más vulnerable o envejecida vea un bache a partir de entonces para saber las características de algo tan necesario como los medicamentos que ha de tomar.

Desde Europa se espera que cada país decida cuándo y cómo dar el paso y aquí se abre un abanico de posibilidades como la de que se eliminen los prospectos para aquellos medicamentos de uso hospitalario y no por ejemplo en los que llegan directamente al paciente.

En el caso de España ha de tenerse en cuenta también que Sanidad se comprometió a reformar la Ley de Medicamentos para el año 2023 y que aunque por el momento se cree que el texto no está acabado si podría tomar como base el reglamento europeo.

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